El Cristo de los exalumnos maristas, con la Catedral de fondo, durante el vía crucis de Jueves Santo. El Norte

La Catedral de Segovia, centro de la historia cofrade

Desde el siglo XVI, cuando fue construido, y hasta nuestros días, el templo segoviano es el referente del espíritu de las cofradías

mercedes sanz

Segovia

Viernes, 10 de abril 2020, 16:45

La Catedral es la iglesia madre de una diócesis y constituye el espejo de fe y de religiosidad de la comunidad cristiana. Conocida como la Dama de las Catedrales, está construida en pleno corazón de la ciudad y en ella el obispo tiene su cátedra, ... su sede desde la que anuncia y predica el Evangelio. A diferencia de otras ciudades, la Catedral de Segovia ha estado y está presente como centro de la historia cofrade.

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Su construcción comenzó en 1525 por la fachada occidental y la primera campaña constructiva llegó hasta los pilares torales, donde se colocó un muro para oficiar misa. La primera eucaristía se celebró el 15 de agosto de 1558 y desde entonces no ha dejado de impresionarnos con su capacidad de impregnar belleza.

Se documenta desde el siglo XVI que las cofradías de la ciudad subían hasta la Catedral. La cofradía de las Cinco Llagas, que procesionaba la noche de Jueves Santo con los hermanos de Zamarramala, salía desde el ex convento de San Francisco hasta la Catedral, que en aquella época (1596) se encontraba en plena construcción.

La noche de Viernes Santo salían en procesión por el recinto amurallado la cofradía de Nuestra Señora de las Angustias o del Confalón, del convento de La Merced, y la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y el Santo Sepulcro, del convento de San Juan de Dios. Los hermanos de luz y los disciplinantes se presentaban en el convento de La Merced con la cédula de estar confesados y después de escuchar el sermón daba comienzo la procesión. Abrían la procesión los niños de la doctrina alumbrando con cera. Acompañaban a la imagen de Nuestra Señora de las Angustias los hermanos de luz y los de disciplina, pendones, un Cristo y otras insignias de la cofradía. Seguidamente y por hermanamiento de 24 de enero de 1595 salía en procesión la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad con la imagen de vestir de la Soledad portada en andas. El cortejo daba comienzo en el convento de La Merced hasta el interior de la Catedral pasando por la puerta del Perdón para salir por la puerta de San Frutos, se bajaba hasta la puerta de San Martín hacia el Acueducto, plazuela del Colegio de San Ildefonso y finalmente convento de San Juan de Dios. Esta procesión se documenta con el mismo recorrido hasta 1740. En ese año el recorrido sufre una modificación por la existencia en la Plaza Mayor de un patíbulo. La procesión salió de La Merced hasta el interior de la Catedral entrando por la fachada occidental y saliendo por San Frutos. Al estar el patíbulo en la plaza descendieron por Almuzara, San Juan de Dios, calle de la Victoria (actual Valdeláguila), Trinidad, San Agustín hasta la iglesia de San Juan de los Caballeros. Entonces, una terrible tormenta impidió que finalizara. En 1741 la procesión de Viernes Santo continuó con su recorrido habitual con el acompañamiento de la capilla de música de la Catedral que cantaba motetes e himnos.

En los siglos XVIII y XIX la procesión de los Pasos salía el día de Jueves Santo desde Santa Eulalia hasta la Catedral. Estaba organizada por el gremio de apartadores, y los gremios de tundidores, pelaires, tintoreros, sastres y confiteros sacaban en procesión diferentes imágenes, algunas de ellas de papelón. Cuando en 1905 el obispo Miranda Bistuer reorganiza la procesión, la declara de carácter episcopal y capitular, es decir, con independencia de la jurisdicción parroquial y siendo el obispo y el cabildo los encargados de organizar la procesión. En nuestros días todas las cofradías llegan a la Catedral y son recibidas y acogidas por las oraciones del deán. El espíritu cofrade entra en la Catedral y la espiritualidad de la Catedral en ellos. La noche de Viernes Santo, nuestra Catedral es un cirio encendido mientras cada paso nos recuerda la dolorosa muerte de Jesús. Pero su mensaje no es el del fracaso de la Cruz sino el triunfo del amor, y el Domingo de Resurrección la procesión del Resucitado es el preludio de la misa de Pascua celebrada en la Santa Iglesia Catedral.

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Desde el siglo XVI y hasta nuestros días, la Catedral es centro y referente del espíritu cofrade y símbolo de la fe de un pueblo que desde el corazón de la ciudad protege a los segovianos.

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