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El paso de Jesús Despojado por la plaza de las Agustinas, emprende el primer tramo de su estación de penitencia.
Soberbia puesta en escena del Despojado en su último año en solitario

Soberbia puesta en escena del Despojado en su último año en solitario

Dominicana, Soledad, Rosario y la Salud reciben sus títulos de madrinas de María de la Caridad y del Consuelo

Cecilia Hernández

Lunes, 10 de abril 2017, 11:49

Seriedad y determinación. Así se puede definir el camino de la hermandad de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras y el modo que tienen, en definitiva, de ponerse en la calle cada tarde del Domingo de Ramos, siempre que el tiempo lo permite, como hizo ayer. Con un considerable aumento de hermanos de fila, la hasta hace pocos meses hermandad de penitencia más joven de Salamanca, desplegó su buen hacer en una brillante procesión.

Lo primero, el rezo entre hermanos. Los cofrades hicieron su entrada en la Purísima cubiertos con el capirote, como mandan los estatutos y presentando su papeleta de sitio. En el interior de la iglesia momentos de oración y de reflexión ante el paso, situado en la capilla del Perpetuo Socorro y con una nueva imagen, el mal ladrón, Gestas. Mientras, en la calle bullía la expectación. La agrupación musical La Expiración, grupo imprescindible en esta procesión, marcaba el paso desde la plaza de San Benito hasta la confluencia de calle Ancha y Ramón y Cajal, donde esperaron a que se abrieran las puertas de la Purísima, cosa que sucedió cuando faltaban apenas unos minutos para las 18:15 horas. Puntualidad exquisita.

Y comenzó el cortejo. En primer lugar, la Cruz de Guía, diseñada y terminada por el hermano Manuel Vicente Pérez. Detrás, una representación de la residencia de las Hermanitas de los Pobres. Emocionante la estampa de las monjas con varios ancianos, alumbrando con velas al Jesús Despojado.

Y más allá, el estandarte del tramo de monaguillos, con la imagen del Sagrado Corazón, y el grupo de pequeños que repartieron estampitas entre el público. Justo detrás, otra representación externa: la del centro materno-infantil Ave María, de Santa Marta de Tormes, encabezada por su directora Rosario Álvarez, a la que acompañaban varias de las jóvenes madres a las que ayuda esta institución junto a sus pequeños.

Más representaciones vinieron de la mano de la cofradía de la Preciosa Sangre, de Peñaranda de Bracamonte, y de la archicofradía del Rosario, ambas con fuertes vínculos con el Despojado, que emprendió bajo petaladas su camino hacia la Catedral a través de la calle Compañía. Una vez en Catedral tuvo lugar la estación de penitencia de todos los hermanos ante el Santísimo Sacramento y uno de los momentos más especiales de la tarde. Y es que este año es el último que el Jesús Despojado realiza su procesión en solitario, ya que el año próximo lo acompañará su Madre, María Santísima de la Caridad y del Consuelo. Así, en la Catedral, la hermandad nombró a las madrinas de su Virgen, que serán cuatro cofradías de Salamanca, dos de penitencia, Dominicana y Soledad, y dos de gloria, Rosario y la Salud de Tejares. Todo se prepara, poco a poco, para que en 2018 el Sueño Azul de la hermandad de San Benito se cumpla.

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