La Piedad recurre al plan B para llegar hasta el jubileo de la Catedral

Porque a las seis y media de la tarde 'jarreaba' con ganas, con muchas ganas. En La Balastera, el Palencia Cristo más que jugar al fútbol disputaba un partido de water polo contra el Ciudad Rodrigo, con lo que era evidente que unos pocos minutos más tarde no podría iniciarse la procesión de Piedad y Reconciliación, un desfile penitencial dedicado a la llamada 'corona franciscana', símbolo de la devoción, la fe, el amor y la paz que inspiraban a San Francisco, y segundo de los que se organizan en la Semana Santa de Palencia.

Y como a la hora de la salida seguía lloviendo, no hubo más remedio que transformar la procesión en un acto espiritual en el interior de la iglesia de San Agustín, sede canónica de la Hermandad de la Piedad. En el templo, cofrades y devotos recorrieron las plegarias de la corona franciscana de una forma mucho más íntima, con un recogimiento, que, sin embargo, no impedía que la mirada se desviase de vez en cuando hacia la calle, para comprobar el color del cielo. Porque las nubes iban retirándose poco a poco y el azul volvía a dejarse ver. Suficiente para desempolvar el plan B y organizar una procesión alternativa hasta la Catedral, en la que este año se celebra el jubileo.

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Así, a las ocho de la tarde, la Piedad formó en filas e inició una pequeña procesión hasta la Catedral, en donde celebró un acto penitencial con motivo del jubileo, como gesto de renovación espiritual.

El mal tiempo redujo el número de acompañantes de otras cofradías, con lo que tan solo un puñado de integrantes de la Vera Cruz y un representante del Santo Sepulcro se unieron a las filas marrones de la Piedad. Junto a ellos, abriendo la formación, tres integrantes también de la Cofradía de la Piedad de Valladolid, cuya banda de cornetas puso el toque musical al desfile, en el que participaron las carrozas de la Virgen de la Piedad y de San Francisco.