Capuchas y faroles, incienso y tararú. La Hermandad Franciscana de la Piedad protagonizó de nuevo en la noche del Miércoles Santo otra procesión dedicada a la preparación espiritual de los cofrades.
Publicidad
Tras un inicial Ejercicio de Tinieblas en el interior del templo de San Agustín, ... la procesión partió camino de Puentecillas, para salvar el cauce del río Carrión y encaminarse hasta la antigua iglesia de San Ana, en el barrio de Allende el Río, que conserva el otro cementerio de la capital palentina, un pequeño recinto en el que los cofrades ofrecieron una oración por los difuntos y la imagen del Cristo Señor de la Vida y de la Muerte recibió el saludo penitencial.
Cargado a hombros, con el refuerzo de tandas de diferentes hermandades, el Cristo abría el camino a la otra talla participante en la procesión, la imagen de Nuestra Señora de los Ángeles, una de las últimas en incorporarse al ciclo procesional palentino (junto con la Virgen del Perdón) y que ha sustituido en este desfile de Luz y Tinieblas a la talla titular de la cofradía, una clásica imagen de la Piedad, que quedaba en custodia en el interior de San Agustín.
Tras la oración en Allende el Río, la procesión volvió a cruzar las aguas del Carrión por Puentecillas para hacer un alto penitencial en las Agustinas Recoletas, antes de despedirse en la iglesia de la Calle Mayor.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.