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La mañana del Sábado Santo se ha vivido con profundo recogimiento en Baltanás, mediante el acto de contemplación ante la Madre Dolorosa y el Cristo yacente, organizado por la Cofradía Penitencial y Sacramental de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Santo Sepulcro. Lo más emotivo de esta meditación fue la veneración al Cristo yacente apoyado sobre los pies de la Virgen Dolorosa. Por la noche, se celebró con gozo la gran Vigilia Pascual, con la bendición del fuego, el agua y la renovación de las promesas bautismales.
Los actos del Viernes Santo comenzaron con el tradicional Vía Crucis organizado por la Cofradía de la Santa Vera Cruz y Cristo de Balaguer. El tiempo dio una tregua y pudo desarrollarse por las calles de la localidad. Por la tarde, se celebró la Pasión del Señor, con la adoración al Santo Cristo de la Salud. La Procesión del Silencio y la Luz tuvo que suspenderse por la lluvia, por lo que se celebró un emotivo acto en el interior del templo parroquial. El emotivo canto de la Salve con la imagen de la Virgen Dolorosa y el Santo Sepulcro cerró los actos del Viernes Santo.
El Jueves Santo Baltanás celebró la Cena del Señor y la posterior procesión por las calles de la localidad. Abrió el desfile el Ecce Homo (siglo XVI), seguido de Nuestro Padre Jesús Nazareno (siglo XVI), el Cristo de la Esperanza y la Cruz Desnuda. A continuación, desfiló el Cristo de la Salud y el Cristo de Balaguer seguido de la Dolorosa, que cerró la procesión que contó con cientos de cofrades y fieles, algunos llegados desde Palencia, como los hermanos de la Soledad. Las distintas bandas de música de las cofradías y el coro parroquial acompañaron durante el recorrido procesional, que duró alrededor de una hora en la que el tiempo hizo de perfecto aliado. Por la noche, se celebró la Hora Santa.
Ya en la noche del Miércoles Santo, se celebró el Vía Crucis del Silencio, que este año ha llegado a sus bodas de plata. El Vía Crucis se realizó por un entorno tan especial como el Barrio de Bodegas. En el acto desfiló la Cruz Desnuda (siglo XVI). Este acto penitencial es uno de los más característicos de Baltanás, pues se realiza desde el año 2001 como tradición recuperada por la Cofradía Nazarena con más de dos siglos de antigüedad.
También el Miércoles Santo, Baltanás acompañó los pasos de Cristo en su tradicional Vía Crucis del Silencio, organizado por la Cofradía Penitencial y Sacramental de 'Nuestro Padre Jesús Nazareno y Santo Sepulcro'. Un acto penitencial en el que participaron numerosos cofrades y devotos. En esta ocasión, la lluvia dio tregua y el acto pudo llevarse por un entorno tan especial como las bodegas de 'El Castillo'. El silencio fue el protagonista de uno de los actos más emotivos de la Semana Santa Baltanasiega. En este acto desfiló la Cruz Desnuda, del siglo XVI. Este Paso también ha procesionado el Jueves y Viernes Santo. Además, los miembros de las distintas cofradías y hermandades portaron las cruces penitenciales. También desfiló la Banda de Tambores de los Nazarenos y varios hermanos del Nazareno de Palencia acudieron al acto penitencial y portaron la Cruz Desnuda, poniendo de manifiesto el sentido penitencial.
Este Vía Crucis del Silencio se realiza en la capital del Cerrato desde el año 2001, recuperando de este modo una tradición con más de dos siglos de historia. «Este acto es uno de los momentos más especiales de la Semana Santa, que nos permite procesionar por la zona de las bodegas. Sabemos que muchos cofrades y fieles viven con intensidad este momento, en un clima de profunda oración, silencio y respeto, lo que nos emociona y nos ayuda a seguir haciendo camino juntos. Seguiremos trabajando por conservar nuestras tradiciones, mejorarlas y hacer partícipes a todos los vecinos para que puedan disfrutarlas», señaló Cristina Pérez Valdés, responsable del orden en la Cofradía del Nazareno de Baltanás.
Después del Vía Crucis, los hermanos del Nazareno de Palencia compartieron sus vivencias de la Semana Santa con los hermanos de Baltanás. Uno de los momentos más esperados por los cofrades del Nazareno es la celebración de la cena nazarena, después del Vía Crucis del Silencio. Varios hermanos se dieron cita en un merendero de la localidad, con el fin de estrechar lazos de unión, compartir inquietudes, opinar sobre los últimos proyectos y plantear iniciativas de futuro. «Una de las inquietudes de nuestros hermanos es ver la edad a partir de la que pueden participar en estos encuentros. Este hecho es muy positivo, pues vamos creando en ellos nuevas ilusiones y expectativas», destacó Marta Camino, hermana responsable del evento. Los hermanos del Nazareno de Baltanás y Palencia celebran varios encuentros anuales, con el fin de estrechar lazos de unión y amistad.
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