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Patricia Melero
Autilla del Pino
Sábado, 1 de abril 2023, 00:54
El Viernes de Dolores, con la Misa y el Voto de Villa a la Virgen en el Ofertorio, da comienzo la Semana Santa Autillana, con la renovación del Voto a la Virgen de las Angustias, como protectora y patrona popular por su intercesión desde el siglo XVIII en las plagas, sequías e incendios que asolaron la zona
Con la Procesión del Traslado de la Virgen, desde su ermita a la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, dan comienzo los preparativos para los actos de la tarde. El Rosario de los Dolores de la Virgen y la Quema de los Manojillos de la Virgen de las Angustias.
El fuerte arraigo religioso del pasado, dio como resultado costumbres vinculadas a celebraciones con más de 150 años de antigüedad. Uno de estos ciclos tenía lugar desde el inicio de la Cuaresma hasta el umbral de la Semana Santa. En el Jueves de Manojillo, todos se reunían en el Atrio de la ermita de la Virgen de las Angustias, junto al fuego, para quemar los manojos de las podas de los majuelos junto a las ramas de romero que los niños y jóvenes pedían por las casas del pueblo diciendo: ¡Un manojillo para la Virgen de las Angustias! Un símbolo de purificación cuaresmal y devoción a los Dolores de la Virgen. Tras la quema, las cenizas se guardaban en saquitos limpios para el Miércoles de Ceniza.
El Domingo de Ramos, tras la procesión de los Ramos y la misa, el Santo Cristo Yacente del Sepulcro, se convierte en el símbolo de la llegada a Jerusalén de la Redención. Así se prepara para salir a las calles en la procesión del Santo Entierro el Viernes Santo, acompañado de otros tres pasos: El Crucificado, Las Angustias y La Soledad.
Muchos son los años y no pocos los autillanos que aún recuerdan el sonido de las matracas, carracas, carracones y tabletas de la Semana Santa. Autilla del Pino conserva en su Museo Etnográfico varios tipos de estos instrumentos. Antaño, las campanas enmudecían desde la hora nona del Jueves Santo hasta las tres de la tarde del Sábado Santo. Siguiendo esta tradición, y dentro de la práctica penitencial cuaresmal del siglo XVII de la extinguida cofradía de la Santa Vera Cruz, sale en la procesión de Viernes Santo la gran Cruz Penitencial de madera, cargada por dos penitentes ayudados por un niño vestido de ángel. En ella se recupera el sonido de las matracas, carracas, carracones y tabletas que representan las convulsiones de la naturaleza en la muerte de Jesús.
Es en este día en el que más pasos procesionan. Salen desde la iglesia parroquial y recorren la localidad en orden la Cruz Penitencial, el Crucificado, la Virgen de las Angustias, La Soledad y El Santo Sepulcro. Una pequeña imagen de la Virgen de la Soledad es portada también en andas por los niños.
La de Autilla es una Semana Santa cargada de un gran valor patrimonial y cultural que se cierra el Domingo de Resurrección con la Procesión del Encuentro y el Rompimiento del Velo, organizada por la cofradía del Santísimo Sacramento.
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