fernando caballero
Sábado, 26 de marzo 2016, 23:53
La Semana Santa palentina vio este Sábado Santo frustrado el último de los grandes desfiles, el que reúne a todas las imágenes marianas como despedida definitiva de la Virgen a su hijo crucificado. La procesión de la Soledad de la Virgen, que se estrenó en 1997, nació para rendir un homenaje a la Virgen María en su momento de mayor dolor.
Publicidad
Por esta razón, solo desfilan las imágenes marianas por excelencia, es decir las que no tienen representación de Cristo. Hace dos años, en 2014, la procesión se suspendió por un fuerte aguacero que cayó a la hora del inicio. Ayer apenas llovía, pero las previsiones sí anunciaban agua durante el transcurso del desfile. Aunque tardó, la lluvia se hizo presente en la tarde-noche del Sábado Santo palentino, por lo que de haber salido, se hubiera tenido que suspender a mitad recorrido.
Las imágenes que estaba previsto que desfilaran eran Nuestra Madre la Virgen de la Amargura, de los nazarenos;Nuestra Señora de la Vera Cruz; Nuestra Madre Dolorosa, de la cofradía de Jesús Crucificado; la Virgen de los Siete Dolores, del Santo Sepulcro, y la Virgen de la Soledad, de la hermandad que organiza este desfile.
La cofradía de la Vera Cruz también suspendió por la lluvia la procesión del Dolor que organiza para trasladar su talla mariana hasta la Plaza Mayor con el fin de incorporarse al cortejo de la Soledad, que de haber salido hubiera encontrado unas calles llenas de espectadores que esperaban la procesión. Había ademas expectación por la participación de nuevo de la Agrupación de Antiguos legionarios de Valladolid que también enriquecieron el Jueves la procesión del Indulto llevando a hombros a Jesús Crucificado, de Alejo de Vahía.
La cofradía de la Virgen de la Soledad celebró en sustitución de la procesión un acto mariano en una capilla abarrotada de cofrades y de fieles, que se agolpaban en puerta del templo, lo que hacía imposible el acceso al interior. El acto, guiado por el capellán de la Soledad, Ignacio Romo, estuvo bien organizado, lo que pone de manifiesto la preparación de las cofradías palentina ante la situación de suspensión de una procesión, y arrancó con la canción dedicada a la Virgen de la Soledad escrita y compuesta por la cofrade Myriam Soledad Trigueros.
Publicidad
Varios niños de la penitencial organizadora leyeron el soneto a la Soledad de José María Fernández Nieto y una oración a los dolores de María. El sacerdote elogió el papel de la Virgen María, cuyas «lágrimas sirven de apoyo en los momentos difíciles». La banda Municipal de Música interpretó Consumatum est, obra del fallecido Francisco Pascual, miembro de la formación y de la cofradía de la Soledad.
Tras esta composición llegó un momento esperado, que de haber salido la procesión se hubiera producido en la despedida. Los legionarios veteranos, invitados por la cofradía de Jesús Nazareno y acompañados por la Banda Municipal de Música, cantaron Novios de la muerte, una canción vinculada a este cuerpo del Ejército, por lo que la interpretación acabó con un ¡Viva España! inexplicablemente respondido con timidez, lo que no fue óbice para que el capellán reconociera su estado de emoción tras escucharla. El canto de la Salve popular y una marcha interpretada por la agrupación musical del Santo Sepulcro cerraron el acto «mariano y familiar, una bendición que el Señor nos ha concedido», según lo definió el sacerdote.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.