Artemio Domínguez da el oído para que empiece la Semana Santa de Rioseco

En la iglesia de Santa María, en presencia de los mayordomos de las cofradías y ante cientos de riosecanos y visitantes, el que fuera alcalde riosecano durante 18 años y actual presidente provincial de la Asociación Española contra el Cáncer pronunció un pregón de una gran honestidad a su profundo sentimiento riosecano, a sus vivencias más personales y a sus creencias religiosas, «intentando recorrer los recuerdos de las mejores primaveras que guarda mi corazón», y que dedicó «a las personas que se fueron y que nos han dejado esta huella imborrable, a quienes nos han transmitido esta inmensa herencia».

Una visión muy personal que el pregonero dejó plasmada en una primera parte, en la que recordó al cardenal riosecano fray Carlos Amigo y sus palabras de que «la fe, la familia y la tradición sustentan la Semana Santa riosecana». También trajo al presente a Morales de Campos como su localidad natal, en una familia de once hermanos, con las visitas de niño a Rioseco el Jueves y el Viernes Santo. Emotivos momentos en los que miró a la talla que presidió el pregón para decirla «siempre seguiremos implorando a nuestro San­to Cristo de la Paz que todos los seres humanos se desarrollen ar­mónicamente y puedan vivir en plenitud de paz social y en paz con la naturaleza, que nos libre de las batallas, de las guerras absurdas, que carecen de razones, que se declaran sin causa y que a todos nos ayude a andar por las sendas de la paz».

No dejó el pregonero de dar su visión más particular de la Semana Santa riosecana como «un elemento aglutinador de toda la sociedad», «un hecho social total», «un fenómeno de afirmación colectiva», «donde los niños juegan a sacar los pasos», «donde la familia recupera la herencia recibida de sus antepasados», «donde la voz de los ausentes permanece», «donde lo esencial se vive», donde «la ciudad se transforma y transforma a sus habitantes, que han esperado todo un año para volver a encontrarse con su tradición más arraigada».

Sin duda, uno de los momentos más bellos del pregón, y que fue de los más gustó a los presentes, llegó cuando Domínguez expresó que «en la Ciudad de los Almirantes, la Semana Santa es tiempo de miradas, de abrazos, de lágrimas», matizando que son «miradas donde brota la emoción al contemplar en silencio su imagen querida; abrazos inmensos de bienvenida entre familiares; lágrimas de emoción, de añoranza, de recuerdos, muchas lágrimas, que caen por las mejillas endurecidas por el paso de los años y por tantos momentos cargados de sentimientos».

En una segunda parte de su intervención, el pregonero hizo un recorrido por las procesiones y sus hermandades, con gran cantidad de emotivas alusiones personales, apuntando que «ya esperan los pasos y Rioseco vuelve a ser escenario de hermandad, de amistad, de tradición», para poco a poco llegar al final del pregón con sus últimas y acertadas palabras: «dejadme ejercer, por un momento, de cadena de todos los riosecanos, y que os grite: «¡Rioseco, oído! Es ya Semana Santa en la Muy Noble y muy Leal Ciudad de los Almirantes».

Este Domingo Rioseco, a partir de las 12.00 horas, celebrará la procesión de las Palmas con la salida a la calle del paso Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, popularmente conocido como 'La Borriquilla'