Miguel García Marbán
Sábado, 8 de abril 2017, 22:53
«En el hoy están los ayeres y año a año imagino el sonido del tapetán que acabamos de oír y sentir». Son las palabras con las que el presidente de la Diputación de Valladolid, Jesús Julio Carnero, parafraseando a Jorge Luis Borges, inició este sábado por la tarde el pregón de la Semana Santa de Medina de Rioseco, en un acto presidido por el paso de la Flagelación, que tuvo lugar en la iglesia de Santa María ante cientos de personas.
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Los preámbulos estuvieron marcados por el homenaje que la Junta de Cofradías rindió al presidente de Nueva Economía Forum, José Luis Rodríguez, por su colaboración en la presentación de la Semana Santa riosecana en un desayuno informativo en el hotel Ritz el pasado 16 de febrero.
Después de ser presentado por Julio de las Heras, responsable de la Semana Santa riosecana, Jesús Julio Carnero, tras saludar uno a uno a los mayordomos, inició su pregón, «porque algo grandioso va a pasar, algo fundamental para el hombre está ocurriendo: los riosecanos descubriéndonos el sentido de la vida a través de los colores, emociones, tradiciones, respetos, entregas y silencios de cada uno de todos ustedes».
Un pregón que se sustentó en su relación personal con la Ciudad de los Almirantes, en la fuerte personalidad del modo de vivir la Pasión de los riosecanos y en la constante invitación, desde la más profunda convicción, a vivir la Semana Santa desde la fe.
Niñez de sueños y magia
El pregón fue abierto por una acertada y bella elipsis de la vida del cofrade riosecano representada en las manos. Las del niño que toca el tapetán, que «quiere descubrir la vida. Quiere saber si los sueños y la magia están dentro de ella», «las mismas del hombre del mañana que dé el golpe cierto sobre el tablero para cargar el paso, para cargar con la vida».
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Las paradas en Rioseco en sus viajes de la infancia desde Corcos hasta su Aspariegos natal para ver a su abuela; la juventud con los amigos de la facultad, donde «yo empecé a sentir nuestra tierra, nuestra querida Tierra de Campos», la búsqueda de San José tras la muerte de su padre, hasta que se dio cuenta de que su padre estaba en su corazón, pues para «ver hay que elevar el alma», citando a Claudio Rodríguez; su matrimonio con una riosecana; su responsabilidad como presidente de la Diputación, son momentos de la vida del pregonero que le fueron acercando a «esta Semana Santa tan ritual, tan llena de vivencias», porque esa es su grandeza: «su persistencia auténtica, haciendo ustedes lo que siempre hicieron sus padres y estos lo que, a su vez, hicieron los suyos».
Además de recordar la grandeza patrimonial de Rioseco con sus retablos, «verdadera red social de nuestros antepasados», Carnero tuvo palabras de agradecimiento para la Hermandad de la Flagelación por su nombramiento como hermano de honor.
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Fue precisamente con el paso de esta hermandad, que estaba presidiendo el acto, con el que el pregonero inició un recorrido por la Pasión y su relación con cada uno de los conjuntos procesionales de la Ciudad de los Almirantes. También hubo tiempo para destacar la historia de las cofradías o momentos únicos de las procesiones como el desfile de gremios o la salida de los Pasos Grandes.
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