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Organizada por la cofradía de la Santa Vera Cruz y la de Nuestra Señora de las Angustias, Arévalo cuenta con una de las Semanas Santa más vistosas de la provincia de Ávila, con un total de siete procesiones que dieron comienzo el el Viernes de ... Dolores, con el ‘Vía Matris’, y que concluyen el Domingo de Resurrección, con la procesión de ‘El Encuentro’.
No obstante la Semana de Pasión de Arévalo está pasando por un duro momento, ya que la falta de nuevas incorporaciones hacen peligrar sino la ejecución de todas sus procesiones, sí el que algunos de los pasos que tradicionalmente eran porteados en andas, tengan que ser colocados en carrozas para que puedan procesionar.
La cofradía de la Vera Cruz, refundada en 1987, consiguió que en Arévalo se pasara de dos procesiones el Viernes Santo, a las siete actuales que se celebran en seis días de toda la semana. Gracias a esta hermandad religiosa se fueron recuperando y restaurando históricas imágenes, así como comprando nuevos pasos que pudieran hacer de a Semana Santa de Arévalo, un atractivo para quienes descansaban en sus vacaciones en la ciudad y comarca.
Sin duda alguna, por su originalidad destaca la procesión del Vía Matris, que tiene lugar la noche del Viernes de Dolores, y que ha recuperado su histórico recorrido de circular por la medieval Plaza de la Villa.
La otra procesión destacada es el ‘Vía Crucis’, que recorre las catorce estaciones en las que se narra la pasión de Jesús, y que en la ciudad de Arévalo está enmarcado por un carácter medieval, ya que la procesión, en la que los cofrades de la Santa Vera Cruz portan el paso del Cristo de la Fe, recorre el perímetro de la antigua ciudad amurallada.
Los fieles inician pasadas las ocho de la mañana el desfile procesional, que partiendo de la iglesia de San Juan, con el paso del Cristo de la Fe, llega hasta la iglesia del Salvador a las dos horas, procesionando por lugares tan emblemáticos como la iglesia de San Miguel, el majestuoso Puente de Medina, el Castillo mudéjar, las emblemáticas casonas de la plaza de la Villa, las torres gemelas de la iglesia de San Martín.
El fervor, las promesas y la tradición son las tres razones que impulsan a los penitentes a madrugar en un día festivo para acompañar la procesión más larga de la Semana Santa, detiene su paso en cada una de las catorce estaciones, marcadas por cruces de madera que perfilan su sombra sobre edificios del Arévalo más antiguo.
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