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La Federación Nacional de la Mujer Rural (Femur) ha organizado este mes un curso de quince horas de duración con la finalidad de enseñar a las mujeres a manejar drones, pequeños vehículos aéreos no tripulados que se pilotan por control remoto. La asociación ya ... ha firmado un convenio con la empresa Drones Rpascorso, creada por mujeres, para que las profesionales de esta compañía, que cuentan con años de experiencia en el mundo de la aviación de drones, se encarguen de impartir las clases.
El convenio fue firmado a mediados del pasado septiembre por la segoviana Juana Borrego, presidenta de la Federación Nacional de la Mujer Rural, y Sonia García, gerente de Drones Rpascorso. En aquella ocasión, las representantes de Femur pudieron tener una primera toma de contacto con estos dispositivos y volarlos con ayuda de las pilotos de la compañía.
Por el momento, se han apuntado casi una veintena de mujeres a esta actividad y la inscripción sigue abierta, aunque Femur asegura que si hay muchas más interesadas se puede realizar incluso una segunda edición. Este curso se celebra en el centro de formación de la federación en Hontalbilla, al norte de la provincia de Segovia.
Juana Borrego explica que se trata de una actividad dirigida a todo tipo de mujeres. «Son aparatos que se pueden utilizar sin muchos problemas, es muy sencillo», asevera. Para realizar este curso no hace falta tener ningún conocimiento previo sobre aviación o manejo de drones, pues consiste en una instrucción y e unas nociones básicas para comenzar desde cero. En una primera parte teórica, las alumnas se acercan a la normativa acerca del vuelo de drones y luego tocará aprender a manejar los aparatos en una segunda parte del curso más práctica.
«Creemos que es importante que se conozcan las posibilidades y los servicios que nos pueden dar los drones, no solo en el mundo rural sino también en la ciudad», apostilla Borrego. En el ámbito rural, como apunta la presidenta de Femur, los drones pueden ser de gran utilidad para la llamada agricultura de precisión ya que, a través de los sensores y las cámaras aéreas que llevan incluidas, estos dispositivos son capaces de tomar datos a una escala muy localizada y detallada.
Así, sirven para controlar cosechas, vigilar plagas y enfermedades de los cultivos, medir parcelas, llegar a zonas de difícil acceso, estudiar el nivel hídrico de los pozos o, incluso, esparcir abonos y fertilizantes desde el aire. En el caso de los ganaderos, estas herramientas pueden resultar de ayuda en la vigilancia de las reses o para el avistamiento de animales salvajes, como lobos. Si un animal está extraviado o perdido, los pastores pueden localizarlo con este mecanismo de teledetección.
Los drones han demostrado también ser muy eficaces en la localización y el control de incendios y otros desastres naturales. Borrego recuerda el actual caso de la isla de La Palma, donde los pilotos de drones han tenido un papel muy importante a la hora de observar desde el aire la evolución de la lava y del propio volcán de Cumbre Vieja.
Otro uso está relacionado con los servicios sociales. La presidenta de Femur revela que una de las ideas que motivaron a la federación a proponer el curso fue la de asistir a la población envejecida de las zonas rurales mediante la entrega de medicinas, alimento u otros enseres básicos. «Necesitamos apoyar a las personas mayores que están en los pueblos y que en muchas ocasiones no tienen posibilidad de desplazarse a la farmacia a por sus medicamentos», sostiene.
Por su parte, la compañía RPAscorso señala que con estas herramientas se ahorran costes y se mejora la producción agrícola. Además, anima a todas las mujeres rurales a «ponerse alas» y profesionalizarse en un sector con novedosas salidas laborales y en constante cambio.
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