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Un grupo de niños pasan una tarde de primavera en el Jardín Botánico de Segovia. Antonio Tanarro
De vivero a centro de biodiversidad urbana
Segovia

De vivero a centro de biodiversidad urbana

JARDÍN BOTÁNICO DE SEGOVIA ·

Son muchas las transformaciones que ha experimentado hasta convertirse en un espacio que facilita el acceso a actividades culturales y didácticas

Ricardo Domingo

Segovia

Domingo, 17 de julio 2022, 00:12

En una tarde lluviosa de primavera, cuando el agua daba una pequeña tregua y asoman unos pocos rayos de sol, en el Jardín Botánico de Segovia entraba un padre con su hija de corta edad. Duraba poco su estancia ya que estuvo interrumpida por un fuerte chaparrón que los llevaba a salir del parque en busca de protección frente al agua. El Jardín Botánico quedaba completamente desierto y eran pocos los minutos que transcurrieron hasta que la lluvia cesaba por completo. Era entonces cuando un vigilante municipal del jardín accedió al recinto. Auguraba que con la tarde que se presentaba –muy distinta a las actuales de calor sofocante–iba a ser muy difícil encontrar a alguien en el parque, pero señalaba que con el buen tiempo acudiría mucha gente al jardín, «sobre todo niños, a las seis o así cuando terminan actividades, vienen». El nuevo horario de verano también permite que la concurrencia al recinto sea mayor que en invierno, cuando sus puertas cierran a las 19:30. Hasta el regreso del mal tiempo el Jardín Botánico permanece abierto hasta las 21:30 horas, con actividades para intentar combatir el calor.

Lo que en la actualidad los segovianos conocen como Jardín Botánico comenzó su andadura como vivero. A finales del siglo XVIII, con la Ilustración en pleno apogeo, la Sociedad Económica de Amigos del País decidió establecer un lugar donde hacer crecer la vegetación que posteriormente se repartiría a lo largo de una Segovia cuyo centro urbano estaba prácticamente deforestado. Sería a comienzos del siglo XIX cuando, tras una petición de médicos y físicos de la ciudad, una parte del vivero se utilizó para cultivar hierbas medicinales, de ahí el nombre de 'Jardín Botánico' que perdura en la actualidad. El vivero sobrevivió los procesos desamortizadores del siglo XIX y, ya dentro del siglo XX, sobrevivió las intenciones de la congregación Marista de establecer su colegio en el espacio, pasando éste a edificarse en la ubicación actual de La Piedad.

El instinto de supervivencia del Jardín Botánico —con espacios ya abiertos al público y adaptado como parque— siguió latente en la década de los 60 evitando las construcciones de viviendas sociales, de un polideportivo e incluso de un frontón. En la década de los 70, son las asociaciones vecinales las que impulsan un reacondicionamiento del entorno para adaptarlo a un uso más infantil. Aún así, el parque cae en cierto estado de abandono, el estado actual del Jardín Botánico, en rasgos generales, se empieza a labrar con una larga reforma que se desempeña desde 1988 hasta 1995. De esta forma se obtiene la nivelación del terreno, el correcto saneamiento, la rica ornamentación en los murales y sobre todo la exuberante riqueza vegetal que se puede admirar en la actualidad. Hoy en día, el parque es considerado «un espacio único de la ciudad donde conviven el arte y la naturaleza», como asegura Ángel Galindo, edil de la Concejalía de Medio Ambiente.

«Desde el principio, mi objetivo era mejorar las zonas verdes de la ciudad y éste era un enclave principal porque tiene un valor patrimonial muy alto, ya que posee un gran valor divulgativo y educativo», apunta Galindo. El enfoque actual del parque incide en su potencial como herramienta educativa, posee 72 especies arboladas y más de 100 arbustivas. El Jardín Botánico es uno de los centros donde el programa de educación ambiental del Ayuntamiento, Segovia Educa en Verde, lleva a cabo sus talleres. El objetivo del programa —que está presente durante todo el año— es «organizar actividades y talleres encaminados a conocer el patrimonio natural de Segovia, a inculcar hábitos de vida sostenible, a promocionar la agricultura ecológica... y muchas de esas actividades se realizan en el Jardín Botánico porque es un centro de biodiversidad urbana», sostiene Galindo.

Futuras mejoras

Además, el jardín incorpora su propia aula para realizar parte de los talleres promovidos por el programa Segovia Educa en Verde. No solo hay actividades dirigidas a público escolar, «trabajamos tanto con colegios, como con público familiar y adulto». Y la vegetación no es la única protagonista, también se han incorporado un oasis para mariposas, comederos y cajas-nido para aves y un hotel de insectos; todo ello de cara «a fomentar la biodiversidad, que es uno de los objetivos que nos marcamos desde la concejalía», arguye el edil.

Por otro lado, y como complemento educativo, dos han sido los libros editados por el Ayuntamiento en relación con el espacio: 'Una visita al Jardín Botánico' y 'Actividades didácticas en el Jardín Botánico de Segovia. Centro de biodiversidad urbana'. Publicados en 2020 y 2021, respectivamente, y ambos bajo la autoría de María Gris Maroto. Según el concejal, se trata de «guías para el reconocimiento de especies que remarcan ese valor ambiental y la actitud divulgativa».

En lo que respecta al mantenimiento, «hay dos oficiales de jardinería que tienen entre sus cometidos el mantenimiento del Jardín Botánico, entre otras labores». Además del gran número de especies que posee, el parque incluye estanques de agua, una noria —cuyos engranajes fueron hace poco mejorados— y múltiples murales que requieren un cuidado más en detalle y que han sufrido renovaciones y añadidos en estos últimos años. «Es un espacio que requiere un mantenimiento, como todas las zonas verdes, pero algo más por la parte artística y los elementos que hay que mantener», señala el concejal.

De cara al futuro, aparte del enfoque continuista de mejora en la explotación didáctica y de biodiversidad del Jardín Botánico, el concejal señala que este año se ha incorporado una partida de 43.000 euros para seguir mejorando las instalaciones. Las intenciones de la concejalía se resumen en complementar la entrada, a mano derecha del parque (por la calle Santo Tomás), con otra fuente o jardinera, además de seguir incorporando albardillas de granito y seguir renovando y añadiendo murales. «Estamos haciendo un esfuerzo inversor porque es un espacio único que tenemos que cuidar y que nos es muy útil para que la ciudadanía conozca los tipos de especies que tenemos en la provincia, además de que la gente también tenga un espacio de esparcimiento y disfrute», concluye.

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