Segovia

Un «¡Viva Castilla y León!» con poco entusiasmo

No puede decirse que no hubo gente porque la plaza de las Sirenas, donde se erige la estatua del comunero Juan Bravo, estaba llena. También las casetas hosteleras habilitadas bajo el atrio de la iglesia de San Martín y la carrera popular organizada contribuyeron al trasiego durante toda la mañana. Pero otra cosa muy distinta es que hubiera entusiasmo por el Día de la Comunidad. El «¡Viva Castilla y León!» que siguió a la interpretación de la 'Entradilla' de Agapito Marazuela no encontró una respuesta viva y contudente entre los segovianos presentes, muchos de ellos desconocedores de lo que allí realmente se estaba celebrando.

En el plano político, quedó patente la falta de unidad en torno a una fecha que debía servir para todo lo contrario. Los políticos del Partido Popular se quedaron solos durante el acto institucional, al que sí acudieron los representantes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Estaban el alcalde, José Mazarías, el vicepresidente de las Cortes autonómicas, Francisco Vázquez, el delegado territorial de la Junta de Castilla y León, José Luis Sanz Merino, y el vicepresidente de la Diputación de Segovia, José María Bravo. De la corporación municipal solo había concejales del PP. Ni PSOE, ni IU ni Podemos ni Ciudadanos acudieron al acto. Sí se dejó ver el portavoz de Podemos, Guillermo San Juan, que acudió por su cuenta a depositar un ramo de flores rojas, amarillas y moradas (colores de la bandera republicana) a los pies de Juan Bravo, pero no participó en el acto institucional. Llamó la atención la ausencia de los concejales de Vox, cuando este partido ha sido, en cierto modo, el ideólogo del nuevo formato festivo.

El acto fue breve y sencillo. Escolares de distintos centros leyeron el preámbulo del Estatuto de Autonomía de Castilla y León en el tablado levantado en las Sirenas. Después, integrantes del grupo de danzas Emperador Teodosio interpretaron la 'Entradilla', y las autoridades civiles, con el alcalde a la cabeza, depositaron una corona de flores con los colores blanco y carmesí de Castilla y León sobre el pedestal del monumento al comunero. La entrega de los premios a los vencedores de la prueba deportiva puso el broche. Fueron José Miguel Carreño, Rodrigo Jerónimo y Jorge del Barrio, en categoría masculina, y Amanda García, Daniela Cecilia y Eva Aragón, en femenina. Entre la carrera y la marcha popular, participaron alrededor de trescientas personas.

El delegado de la Junta de Castilla y León en Segovia, José Luis Sanz Merino, defendió el nuevo modelo de celebración repartida por todas las provincias. «Se trata de abrir la celebración más allá de la campa de Villalar, donde también hay una fiesta de este tipo patrocinada por la Junta. Por lo tanto, quien haya querido ir a allí, perfecto; y quien haya querido quedarse en Segovia, perfecto también». En este sentido, dijo San Merino, no se trataba de organizar una celebración contra nadie, «porque hay libertad para elegir». Y defendió el lugar escogido, la estatua del comunero Juan Bravo. «Es un símbolo para Segovia. No en vano, el 23 de Abril tiene su origen en la Guerra de las Comunidades. Es una manera de celebrar nuestra fiesta y dotarla de un sentido positivo, sin excluir el sentido reivindicativo, que está ahí y lo puede tener, porque todo cabe. Pero la fiesta adolecía de no tener ese ambiente festivo y de refuerzo de lo positivo que encierra y que se le ha querido dar este año en todas las ciudades de Castilla y León», añadió.

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