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Veinticuatro horas después, Pilar Sanz vuelve camino a su casa de Torreiglesias tras estar en el veterinario de Cantalejo con Tintín, un border collie de tres años de vida. Será un trayecto que tendrá que repetir varias veces durante los próximos días. El tratamiento para ... que se recupere de las heridas que le han provocado durará, como poco, toda la semana.
Tintín apareció a primera hora del martes tras haber permanecido más de un día desaparecido. «Nos llamaron los vecinos porque lo habían visto», comenta Pilar Sanz, su dueña. Pero cuando fueron a por el animal quedaron horrorizados. «No lo reconocíamos. Creíamos que no era él», explica. Junto a su marido, abrieron la puerta del coche y Tintín se subió. «Olía a gasoil. Lo habían quemado».
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Un día después, el border collie sigue «muy asustado». Ni siquiera mira a la cara a sus dueños tras haber sido atado, golpeado y quemado. «Le han hecho mucho daño», explica Pilar Sanz mientras coge aire para tratar de relatar lo ocurrido.
Fue ella quien salió a pasear con Tintín en la mañana del lunes como cada día. En un momento dado, el perro se escapó para jugar con unos gatos. Nada preocupante. «Hay veces que se escapa pero siempre vuelve», relata su dueña. Pero pasaron las horas y no había rastro del perro, que acostumbra a jugar libremente en la dehesa próxima a la casa de sus dueños.
«A mediodía ya me preocupé. Salí a buscarlo y no lo encontré. Ni por la tarde ni por la noche. Sabíamos que había pasado algo», cuenta Pilar. Por ello, no tardaron en acudir al puesto de la Guardia Civil de Turégano para poner una denuncia por su desaparición.
Fue el martes cuando unos vecinos de Torreiglesias, una localidad de apenas 300 habitantes, avisaron a sus dueños de que Tintín estaba en la plaza junto a otra perrina. Cuando acudieron a su rescate, Pilar y su marido se encontraron con un perro que tenía dos cuerdas de plástico atadas al cuello. «Se lo llevaron seguro. Estamos convencidos. No es un perro que se meta en lugares cerrados», precisa Pilar.
En la plaza de Torreiglesias, Tintín se metió en el pilón para intentar refrescarse antes las quemaduras que había sufrido. Antes, debió acudir a la puerta de su casa, ya que han descubierto rastros de sangre en la puerta de la vivienda. «El perro cuando se escapó lo primero que hizo fue venir a casa», sospecha Pilar, quien considera que el fuego provocó la rotura de las dos cuerdas que Tintín tenía en su cuello.
Tras la segunda visita al veterinario, Tintín todavía presenta importantes heridas. «Lo que peor tiene es la cabeza. Tiene las orejas totalmente quemadas. También la nariz, la boca y los ojos. La parte derecha del cuerpo es donde más ardió. Tiene las patitas muy lastimadas», explica. «Tiene el pelo muy largo. Yo creo que eso le ha salvado», añade.
En el veterinario le han quitado trozos de plástico que tenía pegados en el pelo. También le suministran antibiótico. «Su vida no corre peligro. No tiene heridas internas», cuenta Pilar.
Ya han presentado la pertinente denuncia por maltrato animal en el puesto de la Guardia Civil. «Se llevaban las manos a la cabeza ante algo tan salvaje y horrible», declara. Por el momento, no tienen sospechas del posible autor de los hechos. «No se nos ocurre quien puede haber hecho algo tan salvaje. No nos entra en la cabeza. Si no ha sido del pueblo ha sido alguien de muy cerca», concluye.
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