Secciones
Servicios
Destacamos
La concesión de la licencia urbanística que permitirá el derribo del chalé de Villa Estrella vaticina polémica. La autorización establece un plazo de seis meses para el comienzo de las obras y un límite de treinta y seis para terminarlas.
Cuando las máquinas entren en el recinto y la piqueta empiece a echar abajo el caserón que el arquitecto Pagola diseñara hace casi cien años, ya no habrá remedio. Pero el Ayuntamiento de Segovia siempre podrá decir que la actuación está amparada por la legalidad y el marco normativo que representa el Plan Especial de Áreas Históricas (PEAHIS), documento que los segovianos irán 'descubriendo' poco a poco, en los próximos años, a golpe de hechos consumados, pese a haber superado infinidad de debates y un anunciadísimo periodo de información pública.
Noticia Relacionada
Villa Estrella acabará sucumbiendo si nadie lo remedia antes, aunque constituya un buen ejemplo de la evolución urbanística que la ciudad experimentó a principios del siglo XX en torno al Paseo Nuevo y sea el único ejemplar superviviente de los chalés o viviendas unifamiliares de la burguesía acomodada que se construyeron en torno a su trazado, al margen de las casas de la Colonia Varela, construidas después de la Guerra Civil y por motivos muy diferentes.
El diseño y construcción del chalet de Doroteo Rueda, la futura Villa Estrella, fue el primer encargo de calado que el arquitecto Manuel Pagola Bireben recibió en 1925, tres años después de su nombramiento como arquitecto municipal. El proyecto original preveía un edificio con una estructura en planta tradicional, cuadrangular, con fachadas de mampostería de piedra en los paramentos centrales y sillares en las esquinas y el basamento, según recoge el arquitecto Miguel Ángel Chaves en su 'Arquitectura y Urbanismo en la Ciudad de Segovia (1750-1950)'. Cinco años después, el mismo Pagola elaboró un proyecto de reforma que mantenía la estructura, aunque simplificaba el tratamiento de las fachadas, acercando su arquitectura a los valores racionalistas hacia los que él se inclinaba, desvela Chaves.
El derribo de esta casa situada en el número 47 de Ezequiel González permitirá la edificación de 44 viviendas en bloque, con un volumen similar al de los inmuebles del entorno, según el acuerdo entre la propiedad (la familia Rueda Seibane a través de la sociedad Villasturias SL) y el Ayuntamiento de Segovia durante la redacción del citado PEAHIS. Ninguna figura de protección ampara el edificio ni la finca, aunque el convenio prevé la cesión de 1.125 metros cuadrados al Ayuntamiento para su adecuación como zona verde, la creación de un vial peatonal y la corrección del vallado que permita ver la fachada de la iglesia que da al mediodía.
Villa Estrella, el edificio y la vegetación que lo abraza, posee el discreto encanto del patrimonio débil, desprotegido, que forma parte del paisaje sentimental de los segovianos. Su pérdida no dejará indiferente a nadie.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.