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Cola para acceder a la farmacia de Palazuelos de Eresma. Antonio de Torre
La luz verde de las farmacias sigue encendida en el medio rural

La luz verde de las farmacias sigue encendida en el medio rural

Más del 76% de las boticas en Segovia están en los pueblos y una de cada cinco son de Viabilidad Económica Comprometida (VEC), por lo que reciben apoyo

claudia carrascal

Segovia

Domingo, 9 de mayo 2021, 12:16

Sus funciones van mucho más allá de las clásicas de asesoramiento y dispensación de medicamentos, los farmacéuticos tienen conocimientos integrales en salud y en el medio rural despliegan gran parte de su potencial sanitario y social. La población a la que atienden está muy envejecida y suelen ser enfermos crónicos y pluripatológicos que depositan su confianza en estos profesionales a los que acuden con frecuencia en busca de consejo sanitario o para resolver sus inquietudes.

Desde que comenzó la pandemia estas labores asistenciales marcadas por la proximidad se han intensificado. «En la farmacia siempre se ha actuado así, el trato es muy cercano y en los últimos meses los profesionales han dedicado mucho esfuerzo», explica la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Segovia, Marta Ruano.

Estas boticas han sido de los pocos establecimientos que han permanecido al pie del cañón durante toda la crisis sanitaria. «Cuando los consultorios médicos cerraron y se establecieron en los centros de salud protocolos de seguridad para proteger y evitar contagios a pacientes y profesionales, seguimos ahí para dar seguridad y continuidad asistencial», apunta. Por eso, considera que estos tiempos difíciles han servido para poner en valor la figura del farmacéutico, que ha actuado también «de paño de lágrimas y de psicólogo», por su cercanía, confianza y accesibilidad, más aún en el medio rural.

En Segovia hay un total de 98 farmacias de las cuales 23 están en la capital y 66 en el medio rural, las 9 restantes se consideran semiurbanas, ya que están ubicadas en los municipios de Cuéllar, El Espinar y La Granja de San Ildefonso. Es decir, el 76,5% de las boticas se encuentran en los pueblos. Por eso, Ruano insiste en la importancia de que estos establecimientos sanitarios pervivan porque «garantizan la equidad y el acceso al medicamento en las mismas condiciones a toda la población».

En la actualidad, la red provincial permite que el 95% de los ciudadanos tengan una farmacia en su municipio y el resto la pueden encontrar a menos de 10 minutos de su lugar de residencia. Esto a pesar de que en una década han cerrado al menos media docena, la última en Garcillán y en los últimos seis años también han bajado la persiana las de Pedraza y Navares de Enmedio. Antes desaparecieron en otros municipios como Sebúlcor, Campo de San Pedro y San Pedro de Gaíllos.

Una tendencia de cierres que, según Ruano, se mantiene debido al imparable avance de la despoblación. En Segovia, en torno al 20% de las farmacias se encuentran en una situación de Viabilidad Económica Comprometida (VEC). Están en riesgo y reciben un apoyo por parte de la administración para poder desarrollar servicios profesionales en estos pequeños municipios, ya que «desempeñan funciones asistenciales a la población y son personal sanitario cualificado quien hay que apoyar».

Una de las claves para su supervivencia está, según la presidenta del Colegio de Farmacéuticos, en la integración en los equipos de salud de la zona de atención primaria con otros profesionales sanitarios como son los farmacéuticos. «Está claro que el cierre de una farmacia supone la desaparición de un referente, porque deja a los pueblos con menos servicios y debilitados». Por el momento, el cierre de estos establecimientos se está supliendo gracias a los 22 botiquines farmacéuticos de la provincia.

Este año ha sido duro para estos profesionales y es que, tal y como recuerda Ruano, las primeras semanas ni siquiera tenían material para protegerse a pesar de trabajar en primera línea. Además, la gente acudía asustada en busca de información, también hacían acopio de medicamentos porque, aunque no se produjo escasez, tenían miedo de que hubiera algún desabastecimiento. «Nuestra profesión ha brillado en plena crisis porque hemos sabido actuar con profesionalidad y dedicación, hemos corrido riesgos y asumido retos, pero sabíamos que teníamos que estar ahí y apoyar a la población», matiza.

Hasta el punto de que los farmacéuticos se han convertido en un soporte sanitario imprescindible, ya que en coordinación y colaboración con otros profesionales sanitarios han contribuido a aliviar la carga asistencial. «Los pacientes optaban por el trato personal al telefónico y cuando no eran cosas graves les resultaba más fácil preguntarnos a nosotros que concertar cita para que el médico les llamara». Tampoco considera que la atención telefónica a nivel sanitario sea lo más adecuado porque «en la mayor parte de las ocasiones es necesario ver al paciente en directo».

Marta Ruano, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Segovia. Antonio Tanarro

Por otra parte, los farmacéuticos demandan mayor protagonismo y participación dentro del sistema sanitario, en beneficio del paciente y han ofrecido a la administración autonómica su colaboración en labores como la realización de test de antígenos o la vacunación. Al respecto, detalla que son personal sanitario y la gran capilaridad del sistema les permitiría realizar numerosas funciones. Sin embargo, entiende que hasta la fecha no se ha producido esa necesidad, ya que «tanto en Castilla y León como en el resto del país hay una amplia red de centros sanitarios que otorgan una capacidad asistencial mucho mayor de la existente en otros países europeos».

La colaboración con la administración sí que se ha materializado en otras acciones como las campañas para promover la vacunación frente a la gripe o la iniciativa 'Mascarilla-19' para combatir la violencia de género durante los meses de confinamiento. Otra de sus funciones son el seguimiento farmacoterapéutico y la farmacovigilancia. También han desarrollado en tiempo record funcionalidades en receta electrónica, como renovación de medicamentos o visados, entre otras.

Entre los retos pendientes menciona la necesidad de lograr una mayor colaboración con farmacéuticos hospitalarios para mejorar la asistencia a pacientes y permitir que estos puedan acceder a sus medicamentos de uso hospitalario sin necesidad de desplazarse. «Algunas comunidades han puesto en marcha este sistema durante el estado de alarma, pero sin duda hay que trabajar en ese sentido para evitar a los pacientes desplazamientos y riesgos innecesarios de contagio. Lo importante en cualquier caso es que el acceso al medicamento siempre en manos de un profesional farmacéutico que realice la supervisión y el seguimiento de este tipo de fármacos», aclara.

Esta pandemia también ha puesto sobre la mesa la necesidad de regular otros aspectos como la atención domiciliaria. En este sentido, comenta que se han habilitado procedimientos excepcionales para acercar los medicamentos a la población más vulnerable y, a su juicio, es necesario crear una batería de medidas que coordine y regule esta nueva realidad.

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