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laura lópez
Segovia
Domingo, 8 de noviembre 2020
La vuelta al cole era uno de los mayores interrogantes que trajo la pandemia. ¿En qué condiciones regresarían los niños a las aulas para evitar ... la propagación del coronavirus? Las semanas previas al comienzo del curso estuvieron llenas de incertidumbre. La presidenta de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos Antonio Machado (Fedampa) de Segovia, Noelia del Barrio, explica que el pánico cundió entre las familias porque «tenían muy poca información» por parte de las administraciones, lo que les hacía estar especialmente nerviosos. «No se sabía qué iba a pasar y cómo iba a funcionar, pero ahora se ha relajado todo y las medidas de higiene y los protocolos están funcionando, ahora se considera el colegio un lugar seguro», afirma Del Barrio.
El balance «es bastante positivo», porque la federación considera que «hay pocos brote». Los que surgen afectan fundamentalmente a niños pequeños (educación Infantil y primero de Primaria), que son los que no usan las mascarillas. Los resultados positivos de la vuelta al cole en relación al control de la pandemia lo achacan las asociaciones de padres y madres segovianas al «gran trabajo» que han hecho los centros y al comportamiento «ejemplar» de los alumnos a la hora de respetar las medidas de seguridad, como el uso obligatorio de mascarillas. Sin embargo, acusan a la Junta de Castilla y León de «falta de previsión» a la hora de establecer los protocolos de seguridad, gestión que ha llevado a que el sistema educativo esté sufriendo carencias, como una «significativa falta de profesorado» en los institutos de la capital.
«Los centros han estado todo el verano preparando los protocolos, pero a finales de agosto, tras la reunión que tuvo el Gobierno con las comunidades, todo lo que se había trabajado no valía para nada, hubo que reajustar las medidas, y eso hay que agradecerlo y aplaudirlo mucho a los centros», explica Del Barrio. Esta «falta de previsión» se ha traducido sobre todo, a su juicio, en la falta de docentes en los institutos. Según argumenta la representante de las asociaciones de padres y madres, los centros no contaban con tener que desdoblar tantas clases hasta que no se establecieron las distancias de seguridad que repercutían directamente en el aforo, por lo que «en el último momento se han visto sin profesores porque no dio tiempo a realizar convocatorias extraordinarias». Además, como este año no han salido oposiciones para este profesorado, «han tenido que acudir a las listas de hace dos años, que ya estaban muy mermadas».
Una de las medidas adoptadas por los colegios para evitar la propagación de la pandemia en las aulas ha sido la ventilación de las clases. Esta ha de realizarse cada cambio de clase –es decir, cada hora aproximadamente– durante cinco minutos, una tarea que hasta ahora se ha llevado a cabo sin problema, pero que puede llegar a ser tediosa en los meses más fríos que están por venir.
A las Ampas les preocupa que los niños «no puedan aguantar las bajas temperaturas», que los profesores «acaben por no ventilar tanto» o que los niños «cojan frío». Con estas inquietudes en mente y como un complemento a esta ventilación, las familias han pedido a los centros que valoren la posibilidad de colocar en las aulas filtros de aire que puedan ayudar a limpiar el ambiente, ya no solo para combatir la covid, sino también «de cara al futuro, ante cualquier tipo de virus y por higiene», señala Noelia del Barrio. La Fedampa también ha sugerido realizar cambios de sitio entre los niños de la clase cada cierto tiempo, para que no sean siempre los mismos los que se vean más afectados por las corrientes de aire por su proximidad a las ventanas.
Los colegios e institutos ya han asumido que este año tendrán un gasto de calefacción superior al de otros años y las familias, que tendrán que abrigar más a los niños, a los que difícilmente se les podrá proteger completamente de coger frío y que esto degenere en otras enfermedades leves: «Con la ventilación de la aulas en invierno no cogeremos el covid, pero sí gripes y resfriados», augura Del Barrio, quien admite que habrá que asumir estas consecuencias ante las circunstancias actuales de excepcionalidad. El problema, advierte, vendrá cuando lleguen a las aulas los catarros y gripes con síntomas compatibles con el coronavirus, como tos o fiebre, «ya que esto puede hacer del rastreo una tarea aún más difícil».
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