La venta de coches usados copa el mercado pese a ser el 20% más caros que hace un año

El mercado de segunda mano también se ve damnificado por la inestabilidad, aunque sus resultados son algo mejores. Segovia ha sido una de las provincias que menos merma de operaciones de compraventa experimentó en febrero, con una reducción del 10,2%, solo detrás de Salamanca y de Burgos. Únicamente en ese mes se vendieron en la provincia 481 vehículos de segunda mano, según los datos de la Asociación Nacional de Comerciantes de Vehículos (Ancove).

Las estadísticas demuestran que el mercado de ocasión está tratando de recuperarse de los estragos de la pandemia y en muchos casos va superando las cifras previas a la irrupción de la covid. «La venta de segunda mano está experimentando un aumento de la demanda con respecto a los nuevos, aunque también están subiendo los precios. En el último año, tanto coches como vehículos industriales son entre un 20% y un 30% más caros», indica David Gómez, socio del negocio de compraventa de vehículos Km 100 Segovia.

Esto se debe a la escasez de oferta existente en el sector. «No hay tantos coches nuevos como se demandan debido a la falta de microchips; de modo que los fabricantes sufren retrasos en las entregas y la subida de precios ya oscila entre el 10% y 20%», explica el empresario. Estas condiciones hacen que muchos potenciales compradores se decanten por modelos de segunda mano, sobre todo si los necesitan con urgencia.

Km 100 Segovia trabaja en el 90% de los casos con coches seminuevos, de entre tres y seis años de antigüedad, que compra a negocios de renting. No obstante, Gómez admite que estas empresas «están especulando porque cuando finaliza el contrato en lugar de venderlos los dejan en la campa, por eso hay escasez y suben los precios». De hecho, cuenta que en los veinticinco años que lleva en el negocio nunca había visto importes tan elevados. Como ejemplo pone el de un coche que venden con frecuencia, el Golf de Volkswagen, que hace año y medio se vendía por 12.000 euros con mil euros de margen en función del kilometraje. Sin embargo, ahora el mismo coche se sitúa entre los 15.000 y 16.000 euros, es decir, un 25% más caro. El problema es que los profesionales del sector desconocen cuánto se puede prolongar esta situación.

José Antonio García, gerente de Autocasión Usa2, advierte de que ya se nota un ligero descenso de los precios en los coches de ocasión, aunque esta fluctuación no depende de establecimientos como el suyo: «No es que lo subamos o bajemos los negocios de compraventa, a nosotros nos lo venden más caro, y no solo las empresas de renting, los particulares también son conscientes de la situación del mercado y piden más».

El problema es que el incremento de la demanda de vehículos usados desde septiembre de 2021 no se traduce en beneficios porque «también estamos sufriendo una importante falta de 'stock'». A la gente le cuesta más deshacerse de su coche viejo porque sabe que los tiempos de espera para uno nuevo son importantes, pueden llegar a los diez u once meses. Además, no están seguros de qué forma de energía o combustible es la más adecuada, les da miedo lanzarse, lo que implica que no haya tantos coches de segunda mano como se podrían vender», expone García.

La incertidumbre sobre el tipo de carburante más económico y más viable a largo plazo es otro de los factores que están llevando a los ciudadanos a decidirse por los usados. «No tienen claro si quieren diésel, gasolina, híbrido o eléctrico, aunque en este último caso es necesario invertir como mínimo 30.000 y 40.000 euros», subraya Gómez. La tipología predominante también es cuestión de modas y de normativas porque «hace dos años, cuando la ministra dijo que el diésel iba a desaparecer, se dejaron de vender estos modelos y el 90% de los que comercializaban eran de gasolina». A pesar del perjuicio que causó en su momento, este presagio no se ha cumplido y siguen vendiéndose incluso más diésel que gasolina.

Gracias a Internet su mercado no se limita a Segovia. El 80% de las ventas las hacen fuera de la provincia. La clave está en ser competitivo y tener ofertas atractivas, además de una consolidada experiencia en el sector. La pandemia también ha contribuido al incremento de las ventas 'on-line', hasta el punto de que «ya la gente realiza todos los trámites de forma virtual». En ocasiones, «ni siquiera vienen a ver el coche», comenta Josén Antonio García.

Los vehículos que mejor se venden son los de gama media o baja. El precio del combustible ha generalizado esta preferencia. «Predominan las ventas de coches muy baratos, de entre 1.000 y 4.000 euros». El cliente sabe que los vehículos con más de diez años de antigüedad tienen una vida útil corta y la vejez suele acarrear más averías, por eso los suelen comprar para salir del paso. En el caso de los coches con cuatro o cinco años, David Gómez cree que son una buena inversión porque «pueden disfrutarlos de media otros diez años y su valor es del 50% de su precio original, por lo que son mucho más asequibles que uno nuevo».