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En el vecindario de Santa Eulalia, barrio por el que discurre buena parte del trazado del carril bici, prima el malestar. Según la asociación de vecinos, más del 80% de la población no ve con buenos ojos un proyecto al que no ve utilidad alguna. « ... Los vecinos siguen pensando como cuando se planteó, que el carril bici no es necesario, y menos en esta zona. Se han perdido plazas de aparcamiento que no se van a recuperar, digan lo que digan, y el temor cunde entre los comerciantes de calles ya de por sí muy castigadas por la crisis, como Blanca de Silos [antigua Alférez Provisional]. Es la pescadilla que se muerde la cola», dice Esther Santos, presidenta de la Asociación de Vecinos del barrio de Santa Eulalia.
La peligrosidad que puede entrañar el carril bici preocupa. El Ayuntamiento sostiene que el proyecto es técnicamente seguro. Otra cosa son los comportamientos incívicos que pudieran dar lugar a accidentes indeseados. Los vecinos ven muy probable que ocurra una desgracia. «Como el conductor del coche aparcado no esté pendiente, mire el retrovisor y se asegure de que en ese momento no pasa una bicicleta o un patinete por el carril bici... Con la simple apertura de una puerta puedes llevarte por delante a un ciclista o a una persona que vaya en patinete. Son cosas que no deberían pasar, pero que acaban pasando», explica Santos, que duda de la seguridad que el carril ciclista ofrece en puntos tan problemáticos como las rotondas de la Pista y Valdevilla.
Los vecinos de Santa Eulalia van a pedir en los próximos días una reunión con el concejal de Obras y Servicios, Miguel Merino, a quien plantearán todas las dudas que la construcción del carril bici está suscitando entre los habitantes de un barrio envejecido y golpeado por la crisis. «Los vecinos nos trasladan que el carril bici es una chapuza y no tiene utilidad, al menos para la gente del barrio. Los comercios, con la supresión de plazas de aparcamiento, también tienen un problema. Debemos pensar en todos, en los vecinos, en los comerciantes y en los beneficios que la infraestructura tendrá para una ciudad que no es Ámsterdam, ni Vitoria, ni Valladolid», observa la representante vecinal.
Independientemente de esa reunión, los vecinos tienen previsto iniciar en breve una recogida de firmas que harán llegar al Ayuntamiento. Con ello quieren mostrar su rechazo frontal al proyecto, a la supresión de plazas de aparcamiento y a la situación «delicada» en que quedará el comercio de proximidad.
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