Vecinos de Santa Eulalia piden contabilizar los usuarios del futuro carril bici para ver si tiene éxito

La presidenta de la asociación, Esther Santos, explicó que en la reunión abordaron varias de las cuestiones que más dudas generaban entre los vecinos. «Cuando hace unos meses nos plantearon el carril bici ya mostramos nuestro total desacuerdo», subraya la presidenta de la asociación, que sí reconoce modificaciones en el proyecto que en su día presentó Bicicla. «Aún así seguimos en desacuerdo», insiste.

Dos son las cuestiones que preocupan a los vecinos de Santa Eulalia sobre un carril bici cuyas obras comenzaron hace escasos días. En primer lugar, la seguridad, sobre todo en la calle Blanca de Silos y en la parte alta de la avenida de la Constitución, en la confluencia con la rotonda de la carretera de Valdevilla. «En un barrio con una población más joven quizás no habría tanto problema, pero aquí la población es mayor», apunta Santos sobre la futura convivencia en la vía pública de peatones, vehículos de movilidad personal, bicicletas y vehículos a motor.

La presidenta de la asociación también recuerda un encuentro mantenido hace meses con uno de los responsables de movilidad de Pontevedra, ciudad que ha sido puesto como ejemplo a seguir en Segovia. «Solo tiene un carril bici en la ciudad. Allí prima el peatón frente a las bicis o a los patinetes», comenta. «Aquí hay un cierto descontento con las explicaciones que nos han dado los técnicos. Es verdad que nos han dicho que si algo ven que no funciona se puede cambiar, pero todos sabemos que es difícil que eso suceda una vez han comenzado las obras», añade.

El segundo gran motivo de queja para los vecinos de Santa Eulalia es la reducción de plazas de aparcamiento. «Sí que es verdad que se podrá habilitar alguna más en Agapito Marazuela, General Santiago o Sánchez Coello, pero no compensa», insiste. Tampoco gusta la otra alternativa propuesta durante la reunión: la utilización del aparcamiento de José Zorrilla. «Bastantes impuestos pagamos ya», comenta Santos, que reclama que la construcción del carril bici debería ir acompañada de otras cuestiones como la instalación de aparcamientos disuasorios o de la zona ORA en el barrio.

Por último, en la reunión también plantearon la posibilidad de tener controlado el número de usuarios que utilizarán el carril bici para ver «si tiene éxito» una intervención con un presupuesto que supera los 300.000 euros.

Por su parte, el concejal de Obras, Miguel Merino, dijo tras la reunión que la seguridad también ha sido la preocupación número uno del equipo de gobierno desde el primer momento. «En concreto la del peatón. Hay una serie de modificaciones técnicas que implican la modificación del trazado de vías públicas, en las que o no se toca o se mejora el espacio peatonal en detrimento de los vehículos», explica. Aún así, espera mantener una reunión abierta a la ciudadanía la próxima semana para aclarar todas las cuestiones técnicas del proyecto.