Un grupo de jóvenes, la noche del jueves en la plaza de la Rubia. Óscar Costa

Los vecinos del recinto amurallado de Segovia ponen el foco de sus molestias en los alumnos de la IE

Hasta 60 estudiantes se reúnen a diario en pisos de alquiler con música y alcohol hasta las 4 de la mañana

claudia carrascal

Segovia

Domingo, 14 de noviembre 2021, 09:28

Los vecinos del recinto amurallado llevan años quejándose de los ruidos y fiestas a altas horas de la madrugada, pero lejos de encontrar una solución solo ven como el problema cada vez se agrava más y la convivencia se vuelve insoportable. Los negocios de ocio ... nocturno suponen un importante agravio para el descanso de los vecinos, pero las quejas se multiplican exponencialmente en el caso de las fiestas en pisos particulares. La mayoría están ocupados por estudiantes, aunque también generan molestias los destinados al alquiler vacacional porque, con frecuencia, se emplean para reuniones de amigos o despedidas de solteros y solteras.

Publicidad

No importa el día de la semana que sea, cualquiera es susceptible de albergar una macro fiesta en alguno de los pisos de estudiantes del casco histórico de la ciudad. Unos encuentros de jóvenes que se producen prácticamente a diario a partir de las doce o una de la madrugada y se prologan normalmente hasta las cuatro. Aunque el portavoz de la Asociación de Vecinos del Recinto Amurallado de Segovia (Avras), Pedro Montarelo, reconoce que cuando dan aviso a la Policía y hay varias quejas pueden retirarse sobre las dos de la madrugada.

Hasta 60 personas han llegado a contabilizar en un mismo piso, una cifra que, tal y como comenta, hace imposible que se contenga el ruido. Voces, música a todo volumen, gente que sale a los balcones a fumar y un continuo ir y venir de gente es la tónica general. De hecho, cuenta que en muchas ocasiones hacen uso de sistemas de amplificación de sonido porque «al congregarse tanta gente se distribuyen en varias habitaciones y los medios tradicionales de reproducción de sonido no son suficientes». Esto hace que, según demuestran las mediciones que han realizado de forma casera algunos vecinos, a determinadas horas se sobrepasen en más del doble los decibelios permitidos.

Las consecuencias son numerosas, pero destaca la dificultad para dormir y la suciedad que dejan a su paso estos jóvenes en portales y calles, que se suma a la procedente de los usuarios de los locales de ocio nocturno. Vómitos, papeles, vasos o cristales son ya residuos habituales en el centro a primera hora de la mañana.

Publicidad

Montarelo incide en que lo que más enfada a los vecinos es la imposibilidad de dormir durante varios días seguidos. «Esto nos afecta a todos, a los mayores y a los niños de forma muy acusada, pero también genera serios perjuicios a las personas que trabajan y que tienen que madrugar porque no pueden pegar ojo en toda la noche». Una situación que tiene serias consecuencias para la salud y para el rendimiento en el trabajo. Además, a su juicio, «hay que ser conscientes de que el ocio no puede vulnerar el derecho al descanso de forma constante».

Confirma que la mayoría de los problemas de ruidos en pisos están ocasionados por alumnos de IE University. «Los vecinos que denuncian estos hechos comentan que han escuchado voces y gritos en otros idiomas, fundamentalmente en inglés. Aunque haya algún alumno de la UVA sabemos que son contados porque estos buscan pisos más económicos y en otras zonas de la ciudad».

Publicidad

Denuncia nominal contra cada alumno para tomar medidas

En cuanto a la respuesta de IE University expone que, tanto el año pasado como este, han manifestado su condena a estos comportamientos, pero «nos dicen que no pueden tomar medidas sancionadoras mientras no conste una denuncia nominal contra cada alumno». Solo de este modo actúa el comité ético que permite revisar las conductas de los alumnos y sancionarlos.

Desde IE University manifiestan su implicación para «promover el comportamiento responsable de los alumnos conscientes de la importancia del respeto en la experiencia de aprendizaje». En la misma línea, aclaran que «todos debemos cumplir las normas para impulsar la mejor convivencia porque para esta institución es un privilegio formar cada año alumnos de 140 países en la ciudad de Segovia». Por su parte, la alcaldesa, Clara Luquero, recuerda al respecto que «cada ciudadano que se sienta perjudicado o sufra los inconvenientes o molestias del ruido puede denunciar».

Otro de los motivos que les hacen sospechar es que, durante la pandemia, cuando las clases eran 'on line', se redujeron drásticamente los problemas, pero «desde que ha comenzado el curso escolar y hemos recuperado la normalidad se ha vuelto a multiplicar la presencia de inquilinos de IE University y, por tanto, las fiestas nocturnas. Además, se trata de jóvenes que desgraciadamente se integran poco en la vida de la ciudad y que están gozando de una clara impunidad», subraya.

Al respecto, cuenta que la estrategia de estos alumnos es recurrir al derecho de inviolabilidad de domicilio para no abrir la puerta a la Policía y que no puedan identificarlos, ya que «alegan que sin una orden judicial no les abrirán la puerta». Otra de las dificultades surge porque al detectar la presencia policial bajan la música, apagan las luces y se quedan en silencio con el fin de pasar desapercibidos y evitar las represalias legales.

Publicidad

Miedo a represalias

También han detectado mayor susceptibilidad por su parte, ya que los vecinos que han tratado de hablar con ellos para llamarles la atención y suavizar el conflicto se han topado con poco diálogo y mucho enfrentamiento. De modo, que ahora «tienen miedo a posibles represalias o a que la situación empeore».

En el recinto amurallado hay unos 4.000 vecinos y aunque desconocen con exactitud las cifras de los pisos ocupados por estos estudiantes, Pedro Montarelo explica que puede haber alquilados al menos dos centenares de viviendas en la zona. En la asociación reciben quejas habituales de entre 25 y 30 pisos que se encuentran dispersos por el casco histórico, aunque «no son los únicos que generan ruidos porque no todos los vecinos lo notifican y hay que tener en cuenta que tampoco se organizan fiestas en todos a la vez».

Publicidad

Detalla que una de las zonas más conflictivas es la Calle Real. En ella convergen las molestias generadas por el ocio nocturno y varios pisos de estudiantes y turísticos. Aunque también hay otros puntos negros en la plaza de la Merced donde «hay un núcleo importante de pisos ruidosos», así como en la plaza de San Nicolás. En otros lugares como la plaza de la Rubia, la calle de los bares o el Paseo del Salón los problemas más acusados surgen como consecuencia de locales nocturnos.

Para paliar esta situación Montarelo anima a los vecinos a que denuncien e insistan para que la Policía traiga el sonómetro para medir el ruido. Eso sí, advierte que deben dejar pasar a los agentes a sus domicilios para que puedan realizar las mediciones oportunas porque desde la casa de los estudiantes suele ser inviable. «Creemos que es la única solución porque llevamos así mucho tiempo y nos sentimos incomprendidos. La calidad de vida en el barrio es cada vez peor, de hecho, tengo constancia de que al menos dos viviendas se han puesto a la venta por este motivo», señala.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad