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Los vecinos de Lastras de Cuéllar comenzarán el nuevo año de la misma forma que empezaron a deshojar el calendario de este 2021. Es decir, sin agua potable en sus grifos. No obstante, confían en que la espera sea breve, pues ya han ... finalizado las obras de ejecución de una toma en el manantial de Las Fuentes y el sistema de impulsión necesario para su conducción hasta el depósito elevado del pueblo.
Las esperanzas de los lastreños estaban puestas en la conclusión de estos trabajos que comenzaron tras la Semana Santa y que deberían estar finalizados este mes. Sin embargo, diversos retrasos lo han impedido, lo que ha provocado que los vecinos tengan que recurrir cada lunes al reparto de agua embotellada que se realiza en la Plaza Mayor. Así lo hicieron ayer, el último lunes del año, y todo apunta a que también ocurrirá la próxima semana.
El alcalde de la localidad, Andrés García, señala que la obra civil se encuentra prácticamente terminada en toda su extensión. También está ya implantado el transformador que demoró la obra hace unas semanas, por lo que ahora se encuentran a expensas del certificado de instalación eléctrica –que tiene que firmar Industria– para que la compañía eléctrica ofrezca el suministro «para poder probar ya las bombas y todo el automatismo».
El regidor de Lastras de Cuéllar incide en que «prácticamente está todo, falta tener la energía eléctrica para poder ver que todo el sistema funciona». Pese a ello, desconoce el tiempo que se podrá prolongar esta situación, aunque asegura que se está tratando de presionar «para que sea cuanto antes, pero a veces las cosas no se consiguen tan fácilmente, sobre todo en cuestiones administrativas, de burocracia».
Mientras tanto, el Ayuntamiento continúa con las entregas de agua semanales a los vecinos. Se distribuye un paquete de seis botellas de litro y medio a cada uno con un coste de treinta céntimos. Es la única medida que por el momento pueden tomar, pues en el último análisis llevado a cabo los valores de nitratos «han dado muy altos y no nos queda más remedio que seguir dando el agua embotellada». Los vecinos únicamente pueden utilizar el agua del grifo para su aseo y limpieza.
Así, los lastreños acuden resignados al local de 'los corrales', propiedad municipal y situado en la Plaza Mayor donde se realiza el reparto cada lunes de más de 2.000 botellas. «Somos los primeros interesados en acabar con el reparto de agua, que lo único que causa son perjuicios y gastos. Además de no tener el agua en casa, todos sufrimos esa incomodidad», relata el alcalde. «Hay cuestiones que se escapan y hay que aceptarlas, eso sí, trabajando y presionando para que cuanto antes se solucione», añade.
Tras años de reclamaciones, estaba previsto que en estas fechas los vecinos ya pudieran contar con agua potable en los grifos de sus hogares. Ya hubo retrasos en la fabricación del transformador, pero «siempre esperando que para Navidad tendríamos agua». Ya el lunes pasado confirmaron que no iba a estar listo antes de acabar 2021 y ahora esperan que no se demore demasiado en 2022, aunque son conscientes de que estas fechas festivas son complicadas para lograr el certificado.
El alcalde afirma que una vez que se cuente con la energía eléctrica aún habrá que esperar unos días para poder consumir el agua del grifo, puesto que habrá que realizar pruebas y una limpieza de las tuberías. «Con el agua que había hasta ahora habrá depósitos de nitratos; habrá que estar unos cuantos días bombeando agua del río pero sin poder utilizarlo» para que queden limpias.
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