![Paloma Herrero.](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202104/18/media/cortadas/san-marcos-presidenta-k1eB-U14091805584VJH-624x385@El%20Norte.jpg)
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Aunque no reside en San Marcos, la presidenta de la asociación de vecinos, Paloma Herrero, mantiene intacto su amor por el barrio.
–¿Por qué se hizo presidenta de la asociación de vecinos?
–Si no lo hubiésemos cogido se hubiese perdido o lo hubiesen ... cogido personas fuera del barrio y lo hubieran quitado como asociación. Yo he estado toda la vida en la asociación. Por eso las chicas del barrio dijimos 'si no lo cogemos, esto se pierde» y nos tiramos a la piscina.
–¿Cómo definiría a los vecinos del barrio de San Marcos?
–Los vecinos son encantadores, son mis vecinos de toda la vida, me han visto nacer… Para mí son mis vecinos aunque no viva allí. Mis hijos, aunque también viven en Madrona, en Semana Santa salen con el Cristo de San Marcos, son de la asociación… Es algo que ha pasado de abuelos a padres, a nietos, de generación en generación, y espero que no se pierda.
–¿Qué debilidades cree que tiene el barrio?
–Para ser un barrio tan cerca del centro, me resulta un poco abandonado, por el tema de las aceras, que además es un problema para la accesibilidad… Pero bueno, seguimos luchando, no nos podemos quejar. A la Fuencisla no va mucha juventud a hacer botellón, y si van enseguida van los municipales. En la explanada igual, la respetan, y allí sí que va mucha gente pero luego recogen sus cosas.
–¿Cuáles son sus mayores fortalezas?
–Los vecinos… los de antes y los de ahora. Habrá alguno que no le guste hacer tanta vida en común porque quiere estar más aislado, pero los vecinos de toda la vida acompañan al Cristo a la Catedral en Semana Santa y cuando llegan las fiestas, que son ahora el 25 de abril, se sigue viendo a los vecinos de toda la vida.
–¿Cómo valora la gestión del Ayuntamiento en lo que su vecindario respecta?
–Nos tienen un poco abandonados. La cuestión de las aceras la hemos tenido que sacar por participación ciudadana y el fielato es propiedad suya, aunque nos lo han cedido y deberían hacerse cargo de él, no tendríamos por qué haber invertido el dinero de las fiestas en arreglar la sede porque es un local del Ayuntamiento. Siempre pasa igual: vienen una vez al año, se hacen foto, les damos el ramo de flores y 'si te he visto, no me acuerdo'.
–¿La irrupción de la pandemia ha cambiado al barrio? ¿Sus vecinos han aprendido alguna lección?
–La gente sale muy poco, antes a la gente se la veía muy a menudo, ahora apenas salen y si lo hacen, siguen con miedo o lo hacen cuando saben que no hay mucha gente, no han retomado su vida normal. Se notó en Semana Santa, que yo bajé el Viernes Santo a ver el Cristo y la gente fue pero muy espaciada, no era la aglomeración de siempre, el bar también está cerrado por las tardes, entonces todo influye, pero se nota que todos tenemos miedo todavía a contagiarnos.
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