Los vándalos han vuelto a atentar estos días contra el patrimonio histórico artístico de Cuéllar. En concreto, la víctima ha sido el ábside de la desaparecida iglesia de Santiago, donde se ha encendido una hoguera ilegal. Tiempo atrás aparecieron pintadas y otras muestras de comportamientos ... incívicos.
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Según informaron desde el Ayuntamiento de Cuéllar, fue el pasado miércoles, 7 de febrero, cuando agentes de la Policía Local acudieron hasta el lugar de los hechos alertados por una llamada que denunciaba la existencia de una hoguera en el monumento. Esta fogata ha manchado las paredes y el suelo de uno de los arcos inferiores del ábside que, además, se había restaurado recientemente. Precisamente, lucía una de sus mejores imágenes de los últimos años, que ahora se ha estropeado nuevamente.
Este tipo de actos están prohibidos, tal y como se refleja en distintas normativas municipales. En la ordenanza de seguridad y convivencia ciudadana se hace mención a las actitudes vandálicas en el uso del mobiliario urbano y el deterioro del espacio urbano, así como en la ordenanza de limpieza de la vía pública.
Estos documentos confirman que sus ejecutores, en caso de que sean identificados, podrían enfrentarse a sanciones de hasta 3.000 euros. El rango aplicado depende de la gravedad de los daños causados. Es más, por este tipo de actos podrían incluso enfrentarse a penas de prisión, según indica la normativa.
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El ábside de la iglesia de Santiago forma parte del conjunto histórico de la villa de Cuéllar, el cual goza de protección especial al haber sido declarado como Bien de Interés Cultural (BIC). El ábside también cuenta con ese reconocimiento por su importancia a lo largo de la historia del municipio y por ser un ejemplo esencial de la arquitectura mudéjar provincial, que ahora se ve afeado por los restos quemados de la hoguera ilegal realizada en el lugar.
Los restos de la iglesia de Santiago fueron consolidados y mejorados el pasado año, dentro de una primera fase urgente que trataba de solventar los problemas que presentaba el edificio y evitar el colapso de las partes que se mantienen en pie.
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Los trabajos se centraron sobre todo en el ábside, que en general se encuentra en un estado de conservación aceptable. Este también fue escenario de una profunda limpieza por los ennegrecimientos localizados en dos de los cuerpos de arquillos, debido al encendido de hogueras que ahora se ha vuelto a repetir.
En total, el Consistorio invirtió un total de 55.000 euros, «que salen de los bolsillos de todos los vecinos de Cuéllar», tal y como recordó. A su vez, instó a la ciudadanía a censurar estas acciones, puesto que las agresiones al patrimonio no cesan. «Ese patrimonio es de todos y hay que cuidarlo y protegerlo», insistió el gobierno municipal.
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