Energía

La provincia de Segovia albergará una gran planta solar de unas 700 hectáreas

Emilio García de Castro, Jefe del Servicio Territorial de Industria, destaca sobre todo la que se construirá en Abades, Martín Miguel y Valverde. Considera que puede suponer un cambio en el territorio, pues el resto de proyectos que se encuentran tramitándose son «plantas pequeñas, de entre una y dos hectáreas de superficie».

La gran planta fotovoltaica señalada por García de Castro ocupará en torno a 700 hectáreas de superficie, se ubica en tres términos municipales. No será un gran conjunto, sino tres diferenciados, aunque conforman un mismo proyecto que se está tramitando por separado. Se sitúan en Abades, Martín Miguel y Valverde del Majano teniendo en cuenta que los puntos de acceso y conexión, donde van a verter toda la energía que van a producir, se encuentran en el corredor de la carretera N- 110, que une Segovia con Villacastín. En concreto, existe un punto junto al centro penitenciario de Perogordo y otro en Lastras del Pozo.

En estas dos zonas se verterán todos los megavatios que se produzcan, por lo que los promotores buscan puntos cercanos para ubicar las instalaciones. Como al sur de la N-110 existe una zona catalogada como Red Natura, se buscan ubicaciones más al norte. Por ello se ha optado por estas tres localidades e incluso por el término de Lastras del Pozo.

Ya existe una planta en funcionamiento en el término municipal de Segovia, muy cercana al centro penitenciario de Torredondo. Pero en ese lugar ya no se instalarán más plantas, según apunta el Servicio Territorial de Industria. A ese punto de acceso y conexión verterá «una planta muy grande, que sobre los papeles son tres, porque los promotores así lo han querido», por lo que se contará con un conjunto de plantas 'esponjadas por el territorio', ya que no estarán todas juntas. Por ello ocupan distintos puntos de los tres términos municipales a modo de pequeñas manchas.

En total, esta planta generará un total de 455 megavatios y ocupará más de 700 hectáreas de terreno, una cifra que ha podido variar por cambios en las parcelas inicialmente previstas. Cada ayuntamiento tiene que tramitar la licencia de obras, mientras que la autorización del sector eléctrico y la autorización favorable de la declaración de impacto ambiental ha corrido a cargo de los Ministerios de Industria y Energía y de Medio Ambiente.

En cuanto al volumen de inversión declarado en el trámite ambiental, la cifra ascendía a 230 millones de euros en una planta que tiene que estar vertiendo luz en diciembre de 2024 o enero de 2025, según la normativa. Los plazos inicialmente previstos pasan porque las obras comiencen el próximo otoño y se ejecuten durante prácticamente todo 2024, en cuya primavera o verano se empezarán a colocar las placas, para finalmente dar luz en las fechas previstas.

Los alcaldes de estos municipios se enfrentarán ahora a la tramitación municipal de las autorizaciones excepcionales en suelo rústico y a las licencias de obras, que en algunos casos están ya encima de la mesa. En Abades, según explica su alcaldesa, Magdalena Rodríguez, el proyecto se encuentra a la espera de concluir los informes previos y aún no se ha solicitado la licencia de obras en el Ayuntamiento. En esta localidad la planta solar ocupará en torno a 200 hectáreas, tras el rechazo de varios vecinos a alquilar sus terrenos.

En Valverde del Majano no solo se encuentra este proyecto en marcha. Hay un segundo, de menor de tamaño, que se encuentra más avanzado. De hecho, ya ha salido a información pública su ejecución, cuyas obras se esperan para final de año, según la previsión de los promotores. Esta iniciativa tendrá una potencia de 50 megavatios y ocupa unas 124 hectáreas.

El proyecto que comparte con Abades y Martín Miguel está en manos de los técnicos municipales para la elaboración del informe urbanístico correspondiente. Ocupará unas 333 hectáreas y tendrá instalados 275 megavatios de generación. Ambos suman en torno a 450 hectáreas repartidas en distintos puntos del municipio y la línea de evacuación llega un momento en el que es compartida por ambas plantas.

Hasta el momento, la llegada de estos dos proyectos «no se ve con malos ojos desde el punto de vista económico por la repercusión que puede tener tanto en las arcas municipales como en el aprovechamiento de un mayor rendimiento de los suelos rústicos que puedan alcanzar los propietarios». El alcalde, Javier Lucía, reconoce que tanto el Ayuntamiento como los agricultores y los vecinos con los que se ha tratado el tema están de acuerdo en que ya es una superficie más que razonable para ocupar en el término municipal. «Consideramos que hemos llegado a nuestro máximo deseable en instalación de fotovoltaicas», apunta.

En cuanto a la protección del medio rural frente a la proliferación de estas plantas, Lucía hace hincapié en la falta de regulación por parte de la Junta de Castilla y León, ya que en estos momentos «no existe ninguna limitación que pueda acotar la implantación de estas plantas en el municipio, solo depende de la voluntad de los propietarios», detalla. Únicamente se establece una franja de protección de 500 metros alrededor de los cascos urbanos, por lo que «echamos de menos una regulación que vaya encaminada a proteger el entorno rural de los pueblos, porque nos podemos ver absolutamente copados».

Además de estos proyectos de mayor envergadura, a lo largo de la provincia existen en torno a una veintena de iniciativas que están tramitándose. Son proyectos de mucho menor tamaño y potencia de generación, en concreto de entre uno y dos megavatios. En el sentido de cambios en el territorio, podrían ser simbólicas, puesto que se encuentran dispersas por distintos puntos de la provincia, en localidades como Bernardos, Carbonero o Sanchonuño.

Muchas de ellas se sitúan a ambos lados de la autovía de Pinares y la zona de Carbonero. En esta localidad existe una subestación donde se vierte la generación de energía. Una subestación que ya está agotada y que no puede dar acceso y conexión a más plantas que las que están tramitándose. Es por ello que no se esperan muchas infraestructuras más de este estilo, «porque no hay capacidad de acceso y conexión en la infraestructura eléctrica de transporte y de distribución de esa franja», según apuntan fuentes de la Consejería de Industria.

Algo similar ocurre con otra planta de grandes dimensiones y que estaba previsto que fuera la segunda más grande de Europa. Promovida por Iberdrola en los términos de Marazuela, Marazoleja y Anaya, el proyecto aún no es real «en los papeles» y supuestamente va a conectar a una futura nueva subestación que Red Eléctrica Española quiere construir en la zona de Abades. La planta sería un proyecto de 505 megavatios y compacta, pero según explica el Jefe del Servicio Territorial de Industria, «no se la espera a corto ni medio plazo», ya que primero habría que lanzar la subestación que se ha denominado 'Abades'.

De forma oficial, en el Ayuntamiento de Abades no tienen conocimiento del proyecto, pero son conscientes de que hasta que no se construya la subestación, la planta no puede empezar a desarrollarse. Sin embargo, su alcaldesa apunta que, de cara a una posible y futura construcción de la subestación, «vamos a manifestar nuestra opinión de que no es el lugar más correcto», siempre teniendo en cuenta que no existe ningún documento oficial aún en el Consistorio ni ninguna solicitud al respecto.