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La estrategia de la doble vacunación contra la gripe y la covid-19 avanza desde este lunes 14 de octubre en su segunda fase. Así está establecido en el plan de actuación diseñado por la dirección de Salud Pública de la Consejería de Sanidad de ... la Junta de Castilla y León. A partir de ahora, el objetivo es ampliar los procesos de inmunización a la denominada población diana, después de haber estado durante las últimas dos semanas los equipos de enfermería de los centros de salud repartidos por residencias de ancianos y centros de atención a personas con discapacidad para inocular los sueros a sus usuarios. En esta primera fase también se han sometido a la vacunación las mujeres embarazadas y los niños de entre seis meses y cinco años.
Desde este lunes, el plan de extender de manera escalonada la inmunización frente a la gripe y la covid-19 tiene el punto de mira fijado en abarcar la mayor población posible dentro del segmento que va desde los 60 años en adelante. Así lo ha explicado el jefe del Servicio Territorial de Sanidad de la Junta en Segovia, César Montarelo, para quien es muy recomendable y conveniente que estos ciudadanos reciban la doble inoculación, tanto para defenderse del virus de la influenza como para protegerse de una posible infección por la circulación del SARS-Cov-2.
En principio, ya que si es necesario se reforzará el suministro vacunal, la provincia cuenta para afrontar esta campaña con 45.795 dosis antigripales y 23.000 unidades contra la covid-19.
Además de los segovianos que han cumplido ya los 60 años, esta segunda fase del protocolo de inmunización también tiene en su punto de mira a los profesionales que trabajan en el ámbito sanitario y en centros sociosanitarios, además de aquellos pacientes que son especialmente vulnerables por padecer patologías del corazón, respiratorias o que son enfermos inmunodeprimidos, entre otras afecciones como la diabetes o la obesidad mórbida, los enfermos renales crónicos o los pacientes con cáncer. También están llamados a vacunarse en esta fase los trabajadores de servicios públicos esenciales, como bomberos o policías entre otros grupos.
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Dentro de este amplio espectro de población diana, la estrategia prevista establece otra prioridad, que son los ciudadanos mayores de 80 años. A partir de ahí, se irá bajando el rango de edad y abriendo el compás de la cobertura. De esta forma, los responsables de la política sanitaria intentan reducir en la medida de lo posible la amenaza de agravamientos patológicos en caso de padecer la infección por gripe, y al mismo tiempo tratan de atajar vías de transmisión, como indica el jefe del Servicio Territorial de Sanidad en Segovia.
«Los grupos de riesgo son los que más preocupan», precisa al repetir el llamamiento a la vacunación, en especial de la población de más de 60 años. Además, Montarelo pone el foco en los ciudadanos cuya edad está entre los 60 y 65 años, donde la campaña anterior se notó una baja cobertura. Asimismo, hace hincapié en la importancia de que los menores de entre 6 y 59 meses también reciban la inyección antigripal. Y es que la influenza «es una enfermedad de adultos que transmiten los niños».
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