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El enfado de los usuarios habituales de los trenes Avant que enlazan Segovia con Madrid y viceversa va 'in crescendo'. Mientras ven cómo hay otras comunidades autónomas que recuperan los servicios ferroviarios que estaban vigentes antes de que la irrupción de la pandemia del coronavirus ... pusiera patas arriba la vida cotidiana, sus demandas para incrementar las frecuencias en la línea de alta velocidad permanecen en el limbo de las administraciones.
El cierre de Madrid y la restricción con excepciones de la movilidad con la Comunidad vecina, apenas les afecta, ponen de relieve representantes de la plataforma de usuarios de los trenes Avant entre Segovia y la capital de España. La inmensa mayoría de los viajeros segovianos entran dentro del capítulo de salvedades que permiten los desplazamientos y las idas y venidas. Aunque llegaron a ser unos 2.000 pasajeros diarios los que se subían al tren en la estación del Ave de Segovia para asistir a sus puestos de trabajo en Madrid o para ir a las universidades, las circunstancias profesionales y personales derivadas de la pandemia han reducido ese pasaje a más de mil personas, calcula la plataforma, que cada día que pasa, cada viaje llama la atención sobre el riesgo que entrañan estos trayectos por las condiciones en las que se producen.
«En la hostelería hay un metro y medio de distancia, en la empresa donde trabajo comemos separados por tres metros y se han establecido turnos para comer... no entiendo por qué para ir en tren no se adopta ninguna protección», se queja Sylvia García, habitual usuaria de los Avant entre Segovia y Madrid.
Explica que la megafonía advierte antes de subir al convoy de mantener la separación en los andenes y a la hora de montarse, con dos escalones entre viajeros; pero una vez dentro «vamos todos juntos sin dejar asientos de separación alternos», como se hizo en el estado de alerta y en el apogeo de la expansión del coronavirus.
García trabaja en Madrid y asegura que «donde más sensación de riesgo tengo es en el tren», pese a que el pasaje cumpla con el resto de recomendaciones de seguridad, como llevar en todo momento la mascarilla puesta o desinfectarse las manos con una toallas empapadas de gel. Pero los usuarios segovianos alertan del «hacinamiento».
La inseguridad de los viajeros se suma a la indignación por la falta de servicios ferroviarios. La plataforma compara y concluye que hasta marzo desde Segovia partían diecisiete frecuencias para abonados más una por la alta demanda, además de cinco Alvia o Ave que no pueden ser utilizados por abonados Avant. A mediados de septiembre, en el mismo sentido, solo se mantenían ocho trenes Avant y tres Alvia o Ave.
Desde Chamartín, había en funcionamiento diecinueve servicios ferroviarios hacia la estación segoviana para los titulares del bono Avant y seis más de alta velocidad para los que el abono no tenía validez. Seis meses después, esa oferta ha disminuido hasta quedarse en una decena de convoyes Avant procedentes de Madrid durante todo el día y cuatro frecuencias para los que puedan permitirse en Ave o Alvia.
La plataforma insiste en la necesidad de recuperar horarios y desplazamientos, una amplitud que además redundaría –según su opinión– en una mayor seguridad de los pasajeros porque al aumentar la disponibilidad de trenes y horarios también se garantiza la separación entre los viajeros, por lo que se minimiza la amenaza del contagio, explican los afectados, que critican la falta de respuestas por parte de Renfe y de las instituciones.
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