El último solsticio de verano está en el 'top 3' de los más fríos de este siglo

La época estival ya ha comenzado, pero en esta ocasión ha sido necesario celebrar la inauguración de la nueva estación en manga larga e, incluso, con prendas de abrigo. Es un hecho poco habitual en Segovia. Por lo general, entre el 20 y 21 de junio se superan de forma general los 20 grados. De este modo, han sido más los inicios del verano en los que ha hecho falta el ventilador que en los que ha sido necesaria la chaqueta. Por ejemplo, en 2003 y 2017 se registraron temperaturas medias de 26,8 y 24,8 grados, respectivamente.

El paso de la DANA ha contribuido a mantener el mercurio en niveles algo inferiores a la media para un mes de junio, ya que se acercan más a los valores de principios de mayo. Precisamente, la llegada del periodo veraniego coincidió con el registro de una temperatura mínima de 10,5 grados -que iguala a las más bajas que se han observado en los ejercicios anteriores- y una máxima de 20 grados. Son valores muy similares a los que tuvieron lugar ya en 2021, que se consolida como uno de los años que han cumplido con mayor fidelidad el promedio habitual de temperaturas anuales del último decenio.

La primavera fue algo más cálida de lo normal en Segovia, con una anomalía positiva de 0,6 grados, lo que se traduce en uno de los incrementos más moderados del conjunto regional. En concreto, la temperatura media fue de 11,5 grados, cuando en la serie histórica -que va de 1991 a 2020- el promedio se sitúa en 10,9. Esta diferencia fue destacada sobre todo durante las noches, no tanto en horario diurno, y afectó de manera especial a la zona de la meseta, con excepción de la campiña, donde los valores observados responden a un carácter «normal», según el último informe estacional elaborado por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que fue publicado esta semana.

Justo en el inicio de la primavera se batió un récord de temperatura máxima absoluta, en relación a la serie histórica del nuevo observatorio ubicado en la ciudad, ya que el 22 de marzo se alcanzaron 24,9 grados. Por ello, sorprende que el mes de junio empezase con máximas mucho más bajas. Las mínimas fueron de entre 5 y 9 grados en las primeras tres jornadas, pero eso no evitó que en horas posteriores adquiriesen gran protagonismo los primeros coletazos de calor, que anunciaban la llegada del verano.

La primera vez que el termómetro superó los 30 grados este año fue el día 5 del actual mes de junio. A partir de esa fecha, se encadenaron tres jornadas consecutivas de temperaturas elevadas. Incluso, la madrugada del jueves 6 estuvo a punto de ser considerada una noche tropical, pues en muy pocas ocasiones se descendió de la barrera de los 20 grados. Ese mismo día, el mercurio ascendió hasta los 31,2 grados, que es el valor más alto que la Aemet ha notificado en lo que va de año. No obstante, se trata de una marca que podría sobrepasarse en los próximos días, ya que los meses más secos del presente ejercicio se prevén «muy cálidos», según los pronósticos de la Agencia Estatal de Meteorología.

La subida de las temperaturas por encima de dicho límite no ha sido especialmente prematuro. En 2015, ya el 11 de mayo se rebasaron los 30 grados en las horas centrales del día. Esta situación se repitió -aunque en días posteriores del citado mes- en 2017 y 2022. En el lado contrario se sitúa 2023, ya que hubo que esperar mucho más tiempo -hasta el 23 de junio- para inaugurar las piscinas con los primeros chapuzones. Hace justo dos decenios, en 2004, el calor todavía se hacía más de rogar, pues los termómetros no llegaron a los treinta grados hasta prácticamente la víspera de julio.