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Como cuando sonaba el timbre el último día de clase y los escolares salían escopetados y sedientos de vacaciones. Prácticamente igual. No hubo aviso sonoro, pero los concejales de la última corporación municipal del Ayuntamiento de Segovia por fin se relajaron tras cuatro años de ... trabajo arduo, pero también de conflictos, cruces de acusaciones, discordias, desencuentros... No salieron corriendo de 'clase', pero casi.
Duró más la entonación del 'Himno a Segovia' que el último pleno, el llamado de actas. Cuando la regidora en funciones declaró el levantamiento de la sesión fue como si hubiera sonado aquella sirena del colegio que anuncia las vacaciones. Antes, no la 'profe' sino la alcaldesa, agradeció a los ediles «el trabajo y el esfuerzo» desarrollados por el interés de los segovianos, aunque muchas veces hayan discrepado.
Clara Luquero les expresó su «afecto y reconocimiento por las horas infinitas»; a sus compañeros del equipo socialista de gobierno, les dio las gracias por «estar presentes en todos los actos» y en general, por «impulsar proyectos con tanta ilusión que se cumplirán en un futuro».
Cada uno, en su papel. Unos, en la gestión y otros en la oposición demostrando que «también se puede construir un futuro» desde esa bancada tantas veces desagradecida. «Nos vamos a ver por Segovia», se despidió la alcaldesa en funciones.
Los concejales se levantaron de sus escaños y el aplauso retumbó en el salón de plenos de la Casa Consistorial. Con la ovación, se terminó, ahora sí, el curso que ha durado cuatro años. Abrazos, besos, bromas, alguna lágrima y muchos suspiros.Y hasta una 'amenaza', la de Cosme Aranguren (Centrados en Segovia), uno de los más beligerantes desde su escaño en el Ayuntamiento, que confía en que dentro de otros cuatro años pueda volver a sentarse en la corporación, y por qué no, como alcalde, comentó entre risas de quienes han sido sus compañeros de 'clase'.
De los veinticinco, ocho repetirán. No por haber suspendido como ediles, sino porque las candidaturas de los partidos y los votos de los segovianos así lo han querido. Por el PSOE, además de Clara Luquero, volverán el viernes al salón para tomar posesión de sus cargos como representantes municipales Jesús García, Claudia de Santos, Marian Rueda y Andrés Torquemada (el único con traje en la despedida de actas). Por el PP, Azucena Suárez y José Luis Huertas; y por Izquierda Unida, Ángel Galindo.
Pactos aparte, ya aguardan a quienes serán sus compañeros de pupitre en los próximos cuatro años. Antes, una última foto de grupo en la Sala Blanca para el álbum de los recuerdos. Los ya exconcejales firmaron en el Libro de Honor y rubricaron sus dedicatorias a una etapa que para ellos será inolvidable. Seis caras del ejemplar para que todos dejaran su huella... y también su tarjeta de aparcamiento, que algunos usaron de abanico para tratar de pasar el sofocón de la emoción acalorada por un verano en apogeo.
Los que no regresarán el viernes confesaron por un lado su pena por una etapa que termina, y por otra su satisfacción por el trabajo desarrollado. Todos se puntúan, al menos, con un aprobado. Alguna, incluso, reconoció dejar el acta con alguna espinita clavada. María José García Orejana, hasta ahora portavoz de Ciudadanos, cierra el curso «orgullosa», quedándose con la «experiencia de la cercanía»; pero también con la asignatura pendiente que dejó al equipo de gobierno del PSOE de la auditoría en Urbanismo.
Por su parte, Aranguren, admitió que se va «con una sensación de pena», no tanto por lo que deja atrás, que también, sino porque el proyecto nuevo que encabezaba en las últimas elecciones municipales no obtuvo el respaldo suficiente en las urnas. De estos cuatro años, además de «haber tratado de fiscalizar el gobierno municipal», el exportavoz en el Ayuntamiento de Centrados en Segovia se queda con «el aprendizaje y el trato personal».
Raquel Fernández, hasta ahora la cabeza visible del grupo del Partido Popular, tampoco repetirá, a no ser que durante el mandato que se avecina empiecen a correr turnos en la lista y se dé la carambola de que llegue al 25, que es el puesto que ocupaba de manera simbólica en los comicios del 26 de mayo. «Se abre una nueva etapa a la que llega el PP con unos resultados buenos», dijo en referencia a los nueve ediles conquistados por la candidatura liderada por Pablo Pérez. Por su parte, Fernández deseó que «haya un gobierno estable» en este cuatrienio que echará a andar el viernes.
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