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Siglo XVIII. El rey Felipe V pasea por los jardines de La Granja de San Ildefonso y a su paso, una a una, las fuentes entran en funcionamiento. Los tiempos han cambiado tres siglos después. Los trajes de aquella época han dado paso a una ropa más informal (y se agradece para no mojarse) y el rey de España es Felipe VI. Como quiera que el monarca no estaba, era la bandera española la que marca el recorrido.
Lo que no ha cambiado en todo este tiempo es el sistema de funcionamiento, «el mejor del mundo», según apunta Luis Vallejo, encargado general de las fuentes. Ni tampoco seguramente haya cambiado el ambiente de diversión que había entonces y el que sigue habiendo ahora. Año tras año los visitantes salen impresionados de esta mágica combinación de arte y agua. «Y eso se debe a que Patrimonio Nacional ha conservado las tuberías originales. Prácticamente un 96% del sistema de los 14 kilómetros de tuberías es original y de 500 milímetros de diámetro, todo un logro considerable para la época», apuntó. «Se habla mucho de Versalles, del Palacio de Peterhof, con un sistema parecido pero la diferencia es que ellos, por diferentes causas, no han podido conservar el original. Nosotros no; nosotros hemos hecho reparaciones puntuales».
Tal y como ocurría hace 300 años, uno o varios operarios se encargan de girar las palancas hasta que comienza a salir el agua, impulsada por la gravedad. «Hay quien se cree que esto funciona apretando un botón y no es así;lo hace por un sistema de vasos comunicantes de un estanque superior (el Mar), desde el que se dirigen las aguas a los estanques más bajitos (el Medio Celemín, el Cuadrado, Las Llagas...), según la altura que queramos que tomen los chorros, como por ejemplo en La Fama». El agua puede llegar a los 47 metros de altura. «Y eso en aquella época era poder; el rey quería demostrar a las cortes europeas que era un rey poderoso».
Durante todo este tiempo, Patrimonio Nacional se ha dedicado a reparaciones puntuales. En invierno (y de sobra es conocido cómo son los inviernos en La Granja de San Ildefonso), «se vacían las tuberías y hacemos todas las reparaciones que sean necesarias para que cuando empiece la temporada estén listas para funcionar. Como es lógico, necesitan reparaciones, necesitan restauraciones», manifestó, que van desde problemas en los vasos de las fuentes o averías hidráulicas en las uniones de las tuberías, así como el color de las fuentes... «Resulta curioso ver por ejemplo cómo se repara una tubería (son de hierro fundido en tramos largos y rectos, o de plomo), como con sus manos y un trapo y un cubo de agua al lado para enfriar los dedos, van solucionando los problemas. Aparte de ser un buen fontanero, tienes que ser un buen sufridor», manifestó.
El 30 de mayo, San Fernando, es uno de los días señalados. Más de dos mil personas disfrutaron de las siete fuentes que entraron en funcionamiento en la tarde de este lunes: La Selva, Carrera de Caballos. Canastillo (la más aplaudida), Las Ocho Calles, Las Ranas, Los Baños de Diana y La Fama.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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