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La familia Jiménez Rubio, en Palazuelos de Eresma; en pequeño, en una de sus ascensiones este verano. Antonio de Torre

Tres cuatromiles escalados con menos de 10 años

Los hermanos Saúl y Vega Jiménez, de siete y nueve años, han ascendido este verano junto a sus padres tres de las montañas más altas de los Alpes

Domingo, 5 de septiembre 2021, 13:01

Saúl tiene siete años. Su hermana Vega, nueve. Ambos comparten muchas aficiones y entre ellas una que llama la atención a los que no están acostumbrados. Su pasión por la montaña. Desde que dieron sus primeros pasos, las montañas han estado presentes en sus juegos, realizando ascensiones de forma autónoma (la última tres montañas de más de cuatro mil metros en los Alpes), combinando la educación en la naturaleza , la práctica deportiva y un aprendizaje continuo.

Esta pasión tiene un origen, la que también sienten sus padres José María Jiménez y Celia Rubio, expertos alpinistas con amplia experiencia en el mundo de la montaña; una familia de montañeros que pertenece a los clubes deportivos de La Acebeda y Aguacero.

«Venimos haciendo montaña desde hace muchos años, hemos estado involucrados en lo que es la actividad montañera de Segovia desde hace mucho tiempo, con algún parón en la actividad precisamente cuando vinieron los niños y eran más pequeñitos, y cuando han sido más autónomos hemos retomado un poco esa actividad que ya practicábamos y les hemos ido incluyendo en este mundo, en este deporte que tanto apasiona a sus padres», explica José María Jiménez.

«La idea de los Alpes ha sido un proceso de aprendizaje. Veníamos haciendo montañas más pequeñitas desde el principio, senderismo fácil, más accesibles a su edad, composición y conocimiento. Hace dos años habíamos estado en Pirineos, subiendo montañas de tres mil metros y este año, entre lo que barajábamos ya vimos que teníamos opciones reales de hacer montaña como adultos. Ellos van bien, los conocimientos que tienen son buenos y responden, así que nos lanzamos a por ello».

La actividad deportiva de los pequeños ha ido poco a poco evolucionando al visitar otros sistemas montañosos de la geografía española. En 2020, tal y como comenta su padre, realizaron sus primeras cumbres de más de tres mil metros. En Pirineos, con 6 y 8 años, siendo un reconocido esfuerzo para niños de su edad. En 2021 pusieron sus ojos en los Alpes, una cordillera de grandes dimensiones y exigencia, donde valoraron poder realizar alguna actividad acorde a sus capacidades, dado que estas montañas ya son, por muchos motivos, otro nivel técnico y físico.

Saben que, como sucede en otras facetas de la vida, habrá quien no esté del todo de acuerdo con este planteamiento, pero más allá de las críticas, lo que perciben es «admiración y alabanzas; a los niños los aplauden, los ovacionan por el trabajo que hacen, la gente reconoce su labor. Lo que predominan son los menajes de ánimo; sí que nos dicen en nuestros círculos cercanos que si se cansan mucho, pero nos dejan atrás y casi no les seguimos los pasos», añade su madre, Celia Rubio. «Además, valoramos y estudiamos la ruta que vamos a a hacer,y siempre llevamos los elementos de seguridad necesarios, minimizamos los riesgos y los evitamos al máximo. Nos ha ido bien. Nuestra familia sabe que es nuestra pasión y están encantados de vernos disfrutar, es algo que nos une a los cuatro, con lo que disfrutamos y como nos ven felices, pues encantados», dice.

Experiencia «bonita»

Tanto para Saúl y Vega ha sido una experiencia «muy bonita». «No esperaba que los Alpes fuesen a ser tan bonitos, me he sentido bastante bien porque era como estar en un sitio en el que me sentía libre... Me ha encantado. Ha sido muy divertido. Se lo recomiendo a otros niños, pero también tienen que tener cierta experiencia en la montaña porque no solo es llegar y subir a un cuatro mil», manifestó Vega con un alto grado de madurez. Su hermano comparte esa satisfacción. «Me han gustado mucho todos los picos y me ha gustado mucho también porque estoy feliz en la montaña», declara.

Con la planificación, metodología y esfuerzo aprendido, pudieron realizar desde Italia la ascensión del Monte Breithorn, de 4.164 metros, o la Punta Giordani, de 4.046 metros (montañas éstas que hacen frontera con Suiza). Seguidamente se desplazaron al Parque Nacional Gran Paradiso para intentar coronar el Pico Gran Paradiso, de 4.061 metros. El único cuatro mil ubicado íntegramente en Italia, donde pasarían por el Refugio Vittorio Emanuel II donde el guarda del refugio felicitó a la familia segoviana, difundiendo la gesta de estos dos pequeños alpinistas.

Actualmente la familia está en un ambicioso proyecto que es el Trofeo de Cumbres de Castilla y León que organiza la Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo de Castilla y León, que consiste en ascender hasta 30 montañas representativas de la región, teniendo para ello varios reconocimientos en función de las ascensiones realizadas, que van desde las 22 a 28 cumbres ascendidas.

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