El tren de Almodóvar hace parada en Segovia

La Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid es una entidad cultural sin ánimo de lucro fundada en 1946 que agrupa a personas con el ferrocarril en todas sus facetas como interés común. Actualmente, según explicaron, lo que más necesitan es que «vuelva a aparecer un Almodóvar». El tren que estacionó ayer en la capital fue escenario de varias escenas de la película protagonizada por Emma Suárez y Adriana Ugarte. Dadas las pocas ayudas que reciben, el mayor deseo de los miembros de la asociación es que su convoy vuelva a aparecen en la gran pantalla para así conseguir un beneficio económico que les permita seguir adelante. Aunque necesitan más viajeros, los voluntarios del colectivo no cesan en su empeño de defender su 'hobby'. «A la gente la ves agradecida, ves que les ha gustado el viaje y eso es lo que nos da fuerzas», explicó Víctor Lorente, uno de los voluntarios. de la asociación, que tiene entre sus fines la divulgación del ferrocarril en sus aspectos económicos, sociales, históricos, técnicos y humanos, la promoción en su uso, la colaboración con otras asociaciones o entidades con fines similares y la preservación y mantenimiento de vehículos y elementos ferroviarios históricos.

Cuando se les pregunta por qué se vuelcan en una labor que apenas cubre gastos, explican que les gustan los trenes y no quieren «que algo con tanto valor histórico termine en la chatarra». El convoy que ayer llegó a Segovia es propiedad de Renfe y lo tienen cedido por la Fundación de Ferrocarriles Españoles desde 2017 para un plazo de diez años. «El préstamo consiste en que lo debes restaurar, mantener y conseguir que pase las revisiones establecidas cada seis meses». Pero a día de hoy, tienen el problema de que «la tracción eléctrica del ferrocarril no nos la pasan». Antes «Renfe nos lo hacía prácticamente gratis, por muy poco dinero. Ahora nos lo va a seguir haciendo, pero tiene que llegar a un acuerdo con la Fundación», explica Juan Antonio Granados, presidente de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Madrid.

También disponen de una locomotora Diésel 33. Este vehículo ya ha sido restaurado y ahora mismo está en Lérida pasando una revisión que cuesta entre 40.000 y 50.000 euros. «Esta locomotora es la que nos abre esperanzas. Nos va a permitir hacer rutas nuevas porque en España no todas las vías están electrificadas y con la Diésel sí que podemos ir por la mayoría de estaciones».

La asociación suele realizar un viaje al mes, a veces de un día y en otras ocasiones de fin de semana. Los trenes de la Nieve, Reyes Magos, Navidad y las Gachas siempre se repiten cada año. Las actividades son publicitadas a través de la web y las redes sociales y están abiertas para todo el público, no solo a los socios, que rondan los doscientos, aunque los activos apenas alcanzan el medio centenar. Los amigos del ferrocarril soportan un coste fijo de 20.000 euros al año, que intentan cubrir con los viajes. Además, realizan exposiciones de manera ocasional.

La asociación, que tiene su sede en el Paseo de las Delicias de Madrid, dispone de una biblioteca con más de 4.500 libros tanto de ámbito nacional como internacional, además de distintos documentos. Además, cuentan con una pequeña sala de cine donde realizan proyecciones los viernes.