Cuando hace 36 años el Real Madrid cayó en el partido de ida de la Copa de la Uefa contra el Inter de Milán, Juanito ya avisaba a un jugador rival: «Noventa minuti son molto longo en el Bernabéu». Esa frase ha pasado a la ... historia de las épicas remontadas. Este miércoles, los bachilleres segovianos se enfrentan a la EBAU, la antigua selectividad, el encuentro con los conocimientos adquiridos durante el curso y la oportunidad de plasmarlos en los exámenes de las diferentes pruebas para alcanzar la victoria deseada de estudiar una enseñanza superior el ejercicio que viene.
Publicidad
La particular 'remontada' de estos estudiantes, 766 segovianos que se enfrentan desde las nueve de la mañana a la criba, ha arrancado con Lengua Castellana y Literatura. Pero antes de deshacerse de los nervios y de encauzar la tensión previa hacia las preguntas del primero de los exámenes que les esperan durante tres días, los alumnos han tenido que pasar por el trance con el que hace 36 años amenazaba Juanito. a los italianos Y es que 'treinta minuti son molto longo en la EBAU'.
Esa media hora es la que han aguardado en su puesto asignado hasta que el reloj ha comenzado a descontar los noventa minutos de la prueba inaugural. Treinta minutos en el aula, separados por la distancia reglamentaria para garantizar su seguridad frente a los indeseables contagios de la covid, en un incontenible silencio, con la suerte echada y los nervios a flor de piel, conocedores de lo que se juegan. Algunos, simplemente el paso a la Universidad, otros maximizar su nota para remontar un curso atípico por la pandemia y conseguir plaza en la titulación anhelada.
Nada de telefónos móviles. Los aparatos desconectados y guardados en las mochilas bien cerradas. Solo se permite la calculadora no programable que no admita memoria para texto ni para gráficos. Los de dibujo, podrán llevar todo el material que consideren oportuno. Los que hagan el ejercicio de Latín y Griego, podrán utilizar un diccionario. Sin esos complementos, las manos no saben qué hacer en esos treinta minutos de expectación e incertidumbre. ¿Qué caerá? ¿Me lo sabré?
Antes de pasar al aula correspondiente, los jóvenes han cumplido el ritual de los repasos de última hora y hasta del último minuto; consultan dudas entre ellos, se animan, se jalean, se ayudan y se respaldan para pasar el trago lo mejor y antes posible. El hervidero antes de la llamada del profesor para entrar en la clase se acalla cuando comienza a citar los nombres. Todos llevan el DNI y la mascarilla. El protocolo de protección se impone en el 'calentamiento'. A la entrada de los centros y en las aulas, los geles desinfectantes.
Publicidad
Treinta minutos de espera que se hacen eternos, como reconocen algunos de los futuros universitarios que este miércoles acudían a la sede de la EBAU del campus María Zambrano de la UVA en Segovia. Aquí harán la prueba 500 alumnos; por su parte, el resto de aspirantes se reparten entre el instituto Andrés Laguna, que durante tres días acogerá los exámenes de 123 bachilleres; y el María Moliner, que este año debuta como sede de la EBAU para 133 estudiantes, por aquello de las distancias que se han de mantener entre los candidatos, lo que hizo necesario habilitar otro espacio más. Por su parte, los estudiantes de Cuéllar se desplaza al aulario Campus Esgueva de Valladolid para los exámenes de la evaluación.
Tras un primer 'partido' con la Literatura y la Lengua Castellana, este miércoles se enfrentarán también a Historia de España y a la primera lengua extranjera.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Te puede interesar
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.