Mujeres rurales de Femur en la plaza del Azoguejo, en el año 2012. ANTONIO TANARRO

Femur: Treinta años de lucha contra la desigualdad

La Federación de la Mujer Rural, que cumple tres decenios como agrupación nacional, trata de promover el empoderamiento entre sus 3.500 socias

claudia carrascal

Segovia

Domingo, 7 de marzo 2021, 09:50

No salían a penas de casa y si lo hacían era para trabajar ayudando a sus maridos, tampoco frecuentaban los bares, ni dedicaban tiempo a su cuidado personal, sencillamente porque no lo tenían. Su trabajo estaba invisibilizado y nunca tuvieron un papel protagonista a ... pesar de que eran imprescindibles tanto en el campo como en casa, donde llevaban la carga familiar. Así era la vida de las mujeres rurales hace tan solo unas décadas, pero en la actualidad son muchos los logros conseguidos, en parte gracias al empeño y al apoyo de agrupaciones como la Federación de la Mujer Rural (Femur).

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Hace 30 años esta asociación logró asentarse en el ámbito nacional, aunque nació ocho años antes, en 1983, en Hontalbilla, y fue creciendo primero a nivel local, luego provincial y más tarde regional. Ahora congrega a más de 350.000 mujeres de todo el país. Juana Borrego fue su impulsora y cuenta que cuando llegó de Salamanca a este municipio segoviano, que ahora ronda los 300 habitantes, le llamó la atención que las mujeres no salieran de casa. «Comencé a hablar con cuatro mujeres del pueblo y un domingo conseguí convencerlas para ir al bar, al principio todos los hombres nos miraban y se preguntaban qué hacíamos allí porque no estaban acostumbrados. Nos pedimos un café y jugamos a las cartas, pero algo tan inofensivo no estaba bien visto», relata. Además, recuerda que para salir de casa tenían que pedir permiso a sus maridos y es que eran «verdaderas cenicientas» porque trabajaban en casa y en el campo y todo «sin cobrar un duro».

Estos encuentros derivaron en conversaciones y reflexiones que fueron el germen de Femur y pronto contemplaron la posibilidad de asociarse. Borrego asegura que el hecho de ser elegida alcaldesa del pueblo en 1983 fue un impulso decisivo para la agrupación «porque en un mundo de hombres era difícil que te hicieran caso, pero siendo alcaldesa y profesora lo tenía más fácil». Poco después consiguió subvenciones del Ministerio de Agricultura para crear los primeros talleres de manualidades y dar conferencias sobre salud y empoderamiento femenino.

A su juicio, este fue un paso decisivo porque «con la asociación tenían un aliciente para formarse, informarse y sobre todo para dedicarse tiempo a ellas mismas». En este sentido, explica que se empezó a desarrollar un cambio de mentalidad muy importante en los pueblos de la zona, ya que «las mujeres se volvieron más participativas y se preocupaban más de su salud y su bienestar. Cambiaron incluso de vestimenta y se empezaron a ocupar de su apariencia porque antes salían en bata, zapatillas y el pelo enroscado». Eso sí, había temas que costó introducir y es que durante la primera conferencia de ginecología las mujeres se salían de la sala porque «se asustaban, no estaban acostumbradas a hablar con naturalidad de determinados temas».

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También fue un momento decisivo en términos de igualdad porque «empezaron a ser conscientes de que eran tan válidas como los hombres y debían defenderse y valorarse». Borrego asegura que esta labor no ha sido nada fácil y cree que todavía hoy, cuatro décadas después, el mundo rural es machista. Sin embargo, los cambios han sido notables y más de 50.000 mujeres han participado en los cursos de emprendimiento de Femur. Muchas de ellas han logrado desarrollar sus proyectos, un avance que se refleja en las estadísticas porque hoy el 54% de las personas que deciden emprender en el mundo rural en España son mujeres.

Por otra parte, lamenta que la violencia machista todavía siga ahí. Según el último estudio de Fademur, realizado en 2020, El 48,35 % de las mujeres asesinadas en nuestro país residían en municipios rurales de menos de 50.000 habitantes y, de ellas, el 70% vivían en pueblos de menos de 10.000. Ante esta situación Borrego considera que lograr la igualdad real a todos los niveles es uno de los principales retos y la educación el pilar fundamental para conseguirlo. «Tenemos que seguir luchando para que las mujeres tengan las mismas oportunidades que los hombres en política o en puestos directivos, además, hay que eliminar la violencia machista y la brecha salarial, ya que en el medio rural la diferencia de salario para un mismo puesto entre hombres y mujeres es del 25%», expone.

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También aprovecha que el 8-M para poner en relieve el papel de la mujer rural. «Ellas son las que resuelven todos los problemas».

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