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Son suelo urbano consolidado y en ellas se puede construir. Una inmobiliaria tiene a la venta una de las parcelas de 150 metros cuadrados sobre ... las que se asienta una parte de las ruinas de la antigua casa de esquileo de Trescasas, vestigios que la asociación Hispania Nostra (para la protección y recuperación del patrimonio histórico) tiene incluidos en su Lista Roja por el evidente deterioro que presentan.
El anuncio inmobiliario habla de una parcela con una edificabilidad de 300 metros cuadrados para uso residencial, industrial, terciario o dotacional. El precio es de 30.000 euros, una 'ganga' teniendo en cuenta las virtudes del contexto: la tranquilidad, la orientación, la rapidez, agilidad y comodidad a la hora de conseguir los permisos municipales, el ahorro de impuestos para jóvenes menores de 36 años y lo «ideal» del momento para comprar una vivienda «por bajo precio y financiación».
«Se trata de pequeñas fincas que se encuentran dentro del muro de la antigua casa de esquileo y tienen varios propietarios. El terreno lleva muchos años consolidado como urbano. De hecho, ya se construyó al lado y se cometieron auténticas atrocidades, sobre todo en una época en la que no había sensibilidad alguna hacia el patrimonio», señala el alcalde de Trescasas, Borja Lavandera (PSOE). Ahora, el Ayuntamiento no puede evitar que, de venderse la finca, el nuevo propietario levante una edificación en ella, pero sí garantizar la conservación de los vestigios del esquileo. «Estamos trabajado para incluirlo en el catálogo de zonas protegidas, de manera que podrán edificar (nadie puede quitarles ese derecho porque las normas urbanísticas lo permiten), pero estarán obligados a mantener las construcciones existentes. No podrán demolerlas ni modificarlas. El asunto está en manos de un arquitecto y en breve tendremos una resolución. Después lo llevaremos a pleno, aunque estamos en una situación un poco precaria porque no tenemos secretario desde hace unos meses y se está retrasando un poco más de lo que nos gustaría», explica Lavandera.
Borja lavandera
Alcalde de Trescasas
La antigua casa de esquileo de Trescasas tiene su origen en el siglo XVI, aunque en el XVII llegó a ser la más grande de toda la provincia y una de las más prósperas y de mayor actividad de toda la península, con alrededor de 30.000 cabezas por temporada. El municipio contaba con dos complejos laneros, centros de esquilado y lavado de la lana coordinados entre sí, y empleaba a gran parte de la población de Trescasas directa o indirectamente. Fueron de los más relevantes de los que se conocen en la Vera de la Sierra, es decir, la Cañada Real Soriana Occidental, que pasa a dos kilómetros del lugar, según explica la asociación Hispania Nostra. También conocido como Esquileo del Paular por su dependencia de la Orden Religiosa de los frailes de la Cartuja de El Paular hasta casi el siglo XIX, su decadencia llegó a raíz de las leyes desamortizadoras de los bienes eclesiásticos.
La antigua casa de esquileo cuenta con varias naves sin techo y dos grandes prados entre los muros. Las ovejas pasaban de un prado a otro al ser esquiladas. Una pared con arcos se encuentra a cien metros entre chalets en la calle Esquileos. Hispania Nostra incluyó estos vestigios en su Lista Roja por su estado de conservación «semirruinoso». Los techos ya no existen, aunque sí se conserva la mayor parte de muros y paredes. También advierte la asociación de la presión urbanística de los primeros años del siglo XXI, que está «acosándolo». El Ayuntamiento, dice Hispania Nostra, no actúa «por ser privado y los propietarios no rehabilitan el lugar, usándolo para estacionar vehículos o guardar material o animales».
«Verdaderamente, es una pena», admite el alcalde de Trescasas, Borja Lavandera. «Yo soy muy sensible con estas antiguas casas de esquileo porqué están en el mismo origen del municipio y tienen mucho que ver con su identidad. Sería muy bonito poder conservarlo, pero la realidad es que está en manos privadas, que nunca ha sido suelo municipal y que el Ayuntamiento, que tiene un presupuesto muy limitado, no puede hacerse con ello», explica. En cualquier caso, el regidor duda de que la venta llegue a buen puerto: «No son parcelas atractivas. El precio puede parecer asequible tratándose de Trescasas, que es un pueblo caro, pero estamos hablando de 150 metros cuadrados. Ni la ubicación ni el entorno son favorables».
El Ayuntamiento protegerá los vestigios. Si un futuro propietario decidiera hacer algo con ellos, tendría que obtener el visto bueno de Patrimonio. «Derribarlos no podrán y si los quieren integran en un proyecto, la Junta de Castilla y León tendrá que valorarlo porque es un bien que estará dentro de nuestro catálogo de protección. Serán los técnicos los que tengan que valorar si esa integración se hace o no conforme a la ley. De todos modos, cualquier intervención en el muro deberá contar con la autorización del Ayuntamiento y de la Junta», afirma el alcalde.
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