Borrar
Uno de los vencejos anillados ayer para obtener información. Antonio Tanarro

Tras la pista de los vencejos del Acueducto

SEO BirdLife anilla ejemplares de estas aves en Segovia con un dispositivo geolocalizador para tener más detalles de sus movimientos migratorios

Lunes, 7 de junio 2021, 11:01

¿Quién no sabe lo que es un vencejo común? ¿Quién no ha visto uno? Mucha gente los ve en vuelo y se piensan que son golondrinas o esas aves denominadas aviones comunes. Uno de los errores más frecuentes. Lo que posiblemente muchos no sepan es que el vencejo común ha sido elegido ave del año por la Sociedad Española de Ornitología, SEO BirdLife (a través de una votación popular) y que hoy lunes, 7 de junio, es el Día Mundial del Vencejo.

Cada año, cientos de vencejos llegan a partir de finales de marzo o primeros de abril para instalarse en el Acueducto de Segovia, en cuyos huecos encuentran su residencia de verano tras una migración de miles de kilómetros desde su lugar de invernada en el sudeste de África. En esta zona de Segovia, y su entorno, hay una enorme población nidificante de vencejo que aprovecha la multitud de oquedades en los edificios históricos para llevar a cabo la reproducción entre los meses de abril y julio.

Un recorrido del que cada vez se sabe más gracias a proyectos (programa Migra) como el que ha llevado a cabo la Sociedad Española de Ornitología SEO BirdLife ayer en Segovia, capturando más de una veintena de vencejos para recopilar más datos e información gracias a los dispositivos GPS que colocan en ellas, algunas el año pasado, para conocer dónde han estado todo este tiempo, dónde invernan, sus rutas migratorias... Estudiar sus movimientos.

Para conseguirlo, colocaron unas redes de madrugada en un tramo del Acueducto con especial densidad de población y, por la mañana, cuando salen los adultos a buscar comida, quedan atrapados, sin causar ningún tipo de daño, puesto que se trata de redes específicas. «Los adultos están dentro durmiendo en los nidos y cuando amanece van saliendo y los vamos capturando. Les ponemos una mochilita, un aparatito que pesa un gramo o menos, que nos permite descargar la información y saber dónde ha invernado, cuándo han llegado, cuándo se van... toda la información de sus movimientos para conocerlos mejor. Al ser aparatos tan pequeñitos, no te envían información, tienes que recapturarlos para descargar la información. Por eso trabajamos con ejemplares reproductores, que sabemos que están criando aquí, porque los vencejos cada año vuelven al mismo nido», comentó Javier de la Puente, biólogo de SEO BirdLife. Después se les pesa, se le miden las alas y se les libera.

Información valiosa

«Aparte de estudiar los movimientos con los aparatos podemos saber cuántos años viven, la fidelidad de la zona, la tasa de retorno, si vuelven más o menos, la supervivencia que tiene la especie... información fundamental para conocer mejor la especie», dijo. De la Puente añadió que «el vencejo es un ave muy ligada al medio urbano porque cría siempre en oquedades de edificios, oscura, marrón oscura, alas muy apuntadas y la cola ligeramente ahorquillada, está siempre volando. Es un ave migradora, están de abril a julio y agosto, el resto del año en África, una migración de miles de kilómetros ida y vuelta y están siempre volando, solo se posan en los nidos. Comen en el cielo, copulan en el cielo... solo se posan cuando crían. Se alimentan de insectos».

En Segovia, «parece que la población está más o menos estable». «Lo que sí sabemos a través de programas que manejamos es que es una especie en declive, como pasa por ejemplo en Inglaterra. Y esto, más que con el cambio climático, está relacionado con el cambio global porque cada vez hay menos huecos para que críen».

Viaje espectacular

Y los datos son sorprendentes. «Capturamos ejemplares adultos, que tienen una fidelidad absoluta a los nidos, sabemos que van a volver a criar al mismo agujero, que van a estar ahí mientras vivan. El primero que recuperamos había hecho un viaje espectacular; los primeros días volaba mil kilómetros diarios, había bajado costeando por el oeste de África, al llegar al Golfo de Guinea se metió hacia el interior, se pasó el mes de diciembre por el Congo, llegó hasta Mozambique, Tanzania, volvió remontando, salir al Golfo de Guinea y regreso. Es impresionante los miles de kilómetro que un animal tan pequeño puede llegar a hacer», explicó Paco Sánchez, miembro de Atthis, del grupo de anillamiento, quien dijo además que no es fácil establecer un número determinado de vencejos en Segovia. «Solo me atrevo a decir que hay muchos, miles».

Estas aves escogen cada año el Acueducto por los huecos que se forman entre sus grietas y recovecos, los espacios preferidos para esta especie y que también encuentran en edificios antiguos. Por eso, Beatriz Sánchez, responsable de biodiversidad urbana, añadió que «lo que reclamamos es que se tenga en cuenta que existen estas especies, que conviven con las personas en las ciudades, que su conservación es fundamental. Reclamamos que se tenga en cuenta la existencia de estos vencejos que crían en grietas de edificios y huecos, y se tenga en cuenta sobre todo a la hora de acometer obras, rehabilitación y acondicionamiento de viviendas. Con los fondos que van a llegar va a haber una avalancha de rehabilitaciones, que son importantes y las apoyamos, pero pedimos que se tenga en cuenta que en muchos de los edificios que se van a rehabilitar hay vencejos. Pedimos que se tenga en cuenta y se tomen medidas para que las poblaciones de estas aves no disminuyan, porque generan muchos beneficios para las personas».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla Tras la pista de los vencejos del Acueducto