Año trágico en las carreteras de Segovia, que sufren un aumento de la mortalidad del 83%

La confianza en exceso es enemiga de la seguridad vial, persevera en el mensaje el responsable provincial. La subdelegada del Gobierno apuntala el llamamiento a la cautela. Lirio Martín insta a «no bajar la guardia incluso cuando conocemos la vía» por la que se circula. Tanta insistencia y tantos alegatos por una conducción responsable y cumplidora con las normas que determinan cómo conducir en cada tramo de carretera tienen su razón de ser en un ejercicio 2022 que está resultando especialmente luctuoso en la red viaria que discurre por la provincia.

En particular, la siniestralidad más grave y las tragedias personales que hay detrás de los accidentes con víctimas mortales se concentran en la red viaria secundaria.

La representante del Gobierno de España advierte de que, en lo que va de año, la cifra de personas que han perdido la vida en percances circulatorios se ha desbordado con respecto a los mismos periodos de años precedentes. Si la comparación es con 2021, las carreteras segovianas se han cobrado un 83% más de vidas que en los mismos 326 días transcurridos del año anterior.

Once personas han perecido en accidentes ocurridos en la provincia hasta hoy, que son cinco más que todas las muertes que se registraron en el conjunto de 2021; las mismas con las que echó el cierre un 2020 marcado por las restricciones de movilidad por la covid, y dos más que las que se lamentaron al término de 2019. Hasta ahora, este 2022 inacabado se queda a una víctima mortal de las doce sufridas en las vías segovianas en 2018, que fue el ejercicio más trágico del último lustro, pero superan en una a las que hubo en todo 2017, según las cifras de la Dirección General de Tráfico (DGT) sobre siniestralidad vial.

Los llamamientos a extremar la precaución por parte de las autoridades son conscientes y sabedores de que a este calendario aún le quedan fechas por deshojar que son comprometidas por el riesgo que entrañan para garantizar la seguridad vial. Y es que aún quedan cientos de miles de desplazamientos por las vías segovianas que se harán como consecuencia del previsible incremento de trayectos que se producirá en el puente de la Constitución y de La Inmaculada y, sobre todo, durante los operativos especiales que se desplegarán para velar por el cumplimiento de las normas viarias en las fiestas navideñas.

La subdelegada hace hincapié en la necesidad de mantener los cinco sentidos aunque se viaje por vías conocidas. El hecho de que todos los fallecimientos del presente año se hayan producido en la red secundaria da pie para pedir el cuidado que demandan la representante de la Administración central y el jefe provincial de Tráfico.

Cuatro de las muertes en las carreteras segovianas se han localizado en un corto espacio de tiempo de 42 días, entre el 30 de septiembre y el reciente 11 de noviembre. Además, los tres accidentes en los que perdieron la vida estas personas tuvieron lugar en un tramo de menos de veinte kilómetros de la mías vía, la SG-205.

Además, Lirio Martín precisa que otros dos fallecimientos lamentados en siniestros circulatorios este año se produjeron en la carretera N-6. En marzo, un hombre murió en una colisión frontal entre una furgoneta y un camión en el término de Villacastín. Un mes después, en las inmediaciones de El Espinar, otro choque con vehículos de las mismas características implicados se saldó con otra muerte en la misma nacional.

De las once víctimas mortales en lo que va de año, dos perecieron en sendos accidentes de tráfico ocurridos en otra carretera que suele ser conflictiva y problemática, la N-110. Estos percances trágicos se produjeron en verano. El 31 de julio, una mujer de 74 años falleció en una salida de vía. Fue en el término municipal de Espirdo. Once días después, en esa misma nacional pero en el entorno del núcleo de población de Ceguilla, perteneciente a Aldealuenga de Pedraza, otra mujer perdió la vida.

La luctuosa nómina de siniestros mortales la completan la defunción de una anciana de 84 años en un accidente en Torrecilla del Pinar; el fallecimiento de un hombre en el choque entre una furgoneta y un camión en el cruce entre la CL-603 y la SG-231, a la altura de Cabezuela, y un hombre que perdió la vida en febrero en otra colisión frontal, esta vez entre un turismo y vehículo pesado, en la nacional N-601 en Codorniz.

El jefe provincial asegura que en la provincia «no hay puntos negros», según la definición que detalla una concentración de accidentes con al menos tres víctimas, heridos o muertos, en un tramo de cien metros de la misma carretera. En la SG-205 el trazado en el que se produjeron los fatales siniestros tiene una longitud de casi veinte kilómetros.

Por su parte, en los casos de la N-110 y de la N-6 «es un goteo» de percances que no merecen la calificación por parte de Tráfico de puntos negros por su conflictividad o siniestralidad. Pastor reconoce que, al ser vías con una elevada intensidad de circulación, las probabilidades de que se produzca un accidente son mayores. El responsable provincial añade que «la falta de atención y el cansancio por falta de descanso» están detrás de buena parte de los incidentes circulatorios con víctimas, aunque también concurren otras conductas de riesgo y que suponen una infracción sancionable según el código, como es el hecho de viajar sin el cinturón u otros elementos de sujeción puesto o el exceso de velocidad. Las distracciones, de hecho, son el motivo de accidente que más ha crecido, precisa el jefe de Tráfico.

Pedro Pastor reitera que «se sigue corriendo bastante» en la red viaria de la provincia. En este sentido, alerta de que la mayoría de las vías en las que se pisa el acelerador más de lo establecido por la norma «son interurbanas, con muchas curvas, estrechas, con poco o nada de arcén».