Borrar
Un librero segoviano atiende estos días a un cliente en su establecimiento. Antonio Tanarro
La tradición librera planta cara a los soportes digitales
Día del Libro

La tradición librera planta cara a los soportes digitales

Establecimientos segovianos destacan el gusto por el ensayo y la novela negra de los lectores locales

ricardo domingo

Segovia

Domingo, 24 de abril 2022, 21:51

El origen del Día Mundial del Libro es español. La primera fecha de su celebración fue en 1926, y no el 23 de abril, sino el 7 de octubre —día en que supuestamente nació Cervantes–. Tras cinco años de sacar los puestos a la calle, escritores y editores se dieron cuenta de que eso del otoño, la lluvia y el frío no le sentaba muy bien a sus preciados libros; así que como no estaban muy seguros del nacimiento del autor de 'El Quijote', pero sí de su entierro, un día primaveral como el 23 de abril encajaba mucho mejor con sus propósitos. Este año no les ha salido bien y el frío y el agua han estropeado su salida a la calle al encuentro de los lectores.

Salvo en lo meteorológico, la festividad de este 2022 coincide con buenas noticias para el sector. Si, de acuerdo con los datos ofrecidos por el Ministerio de Cultura y Deporte, en el ejercicio 2010 el porcentaje de lectores frecuentes –aquellos que leen al menos una vez a la semana– era del 50%, en 2020 –año del confinamiento– hubo una subida de 2,7 puntos, cifra que se ha consolidado durante un curso después, también con un 52,7%. Además, un 52,3% de los españoles adquirió libros durante el año pasado –0,6 puntos más que en 2020–, siendo la librería tradicional el enclave preferido para su compra.

Se trata de datos positivos para el sector librero que recibe la situación actual con un halo de optimismo envuelto también por una cierta cautela. «No es un crecimiento brutal, pero se ha percibido un incremento. Lo que sí que se ha notado es que los lectores que ya leían ahora leen mucho más», explica Héctor Monterrubio, presidente de la Asociación de Libreros de Segovia y responsable de la librería Ícaro.

«El libro electrónico irrumpió con fuerza, pero se estabilizó en una cuota de mercado muy pequeña»

Héctor Monterrubio

Librería Ícaro

El presagio de aquellos que auguraban el final del libro en papel en favor del electrónico queda atrás y deja de ser una preocupación real para las librerías. «El libro electrónico irrumpió con fuerza, pero se estabilizó en una cuota de mercado muy pequeña. Apenas representan un 5% de los libros que se compran», explica Monterrubio. Información que coincide con la ofrecida por el Ministerio de Cultura, que refleja en su estudio un estancamiento desde 2017 en el porcentaje de lectores que optan por los soportes digitales.

A la hora de 'poner cara' al lector local —a pesar la idiosincrasia particular de cada librería—, coincide en las preferencias por el ensayo y la novela negra. «Como he corroborado con otros compañeros, el ensayo es un género que se lee bastante en Segovia», indica el responsable de Ícaro.

En los colegios

También, la marcada apuesta por la cultura regional es otra de las virtudes de las librerías locales. Lejos de encasillarse en la imagen de meros tratantes, apuntan a una misión más holística llevando a cabo ediciones propias. «En Ícaro tenemos una línea editorial junto a la librería Farinelli. Lanzamos dos o tres ediciones al año de una temática vinculada al entorno de Guadarrama, el objetivo es buscar la calidad», subraya Monterrubio.

Fuencisla Valverde, de librería Diagonal, comparte esa ambición por promover la lectura, pero a través de otros medios: «Hacíamos cuentacuentos y justo ahora lo acabamos de retomar presencialmente». Una actividad que durante la pandemia se realizó de forma telemática. Diagonal es una librería generalista, pero que pone énfasis en fomentar la literatura infantil y que ha percibido «un repunte de lectura en los colegios».

«El segoviano lee mucho y bien. Tiene nivel cultural y criterio, quiere entra en la librería y tocar el libro»

Fuencisla valverde

Librería Diagonal

La situación de evitar contacto en los recreos ha hecho que muchos maestros pidiesen a los niños llevar un libro para aplacar el aburrimiento durante esos restrictivos descansos. Valverde destaca también el hecho de que muchos adolescentes acuden cada vez más a las librerías, «me pone muy contenta ver a los chavales volver».

La librería también organiza una tertulia de mujeres autoras donde «se lee y se comenta un libro al mes». Los géneros más demandados coinciden con los señalados por Ícaro: narrativa y ensayo. La actualidad invita a informarse y acuden clientes reclamando libros «sobre la historia de Rusia o, durante la pandemia, todo lo relacionado con virus…». El lector local tiene «nivel cultural y criterio, quiere entrar en la librería, tocar el libro, ver las novedades y hablar con el librero».

En general, prevalece un optimismo en el pequeño comercio librero —Segovia carece de grandes cadenas— donde los planes de futuro pasan por «mantener lo ganado». Es una de las pocas buenas noticias que parece permitir la actualidad: el libro como vía de escape. «El segoviano lee mucho y bien», dice orgullosa Fuencisla Valverde.

Publicidad

Premios Goya

La quiniela de los premios Goya 2025

Equipo de Pantallas, Leticia Aróstegui, Oskar Belategui, Borja Crespo, Rosa Palo, Iker Cortés | Madrid, Boquerini, Carlos G. Fernández y Mikel Labastida

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla La tradición librera planta cara a los soportes digitales