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En junio de 2020, cuando Segovia empezaba a entrar en aquella 'nueva normalidad' que la pandemia dejó, parte de la cornisa del chapitel de la torre de la iglesia de San Martín se desplazó de su posición original, con el consiguiente riesgo de desplomarse sobre la vía pública. El Obispado acometió el desmontaje de los elementos en peligro y tapó provisionalmente los huecos. Hoy, casi tres años después, la torre de San Matín, una de las más bellas y emblemáticas del perfil de la ciudad, ha recuperado su esplendor original tras unas obras de restauración necesarias y urgentes.
La actuación acometida por la Junta de Castilla y León, que ha costado 460.701 euros, tenía tres objetivos: asegurar la protección frente a las aguas pluviales del grupo escultórico del atrio norte, atrio noroccidental y fachadas del volumen de sacristía y ábside noreste; recuperar la seguridad estructural y constructiva de la armadura del cuerpo de campanas, y corregir daños puntuales en el cimborrio, donde la veleta, ubicada sobre un pináculo deteriorado, presentaba una inclinación considerable.
Las obras han consistido, en primer lugar, en el desmontaje de los elementos de evacuación de pluviales de la galería norte y de sus lados oriental y occidental. Después se instaló una nueva cornisa de piedra, superpuesta sobre el alero, y una nueva cubierta en todo el faldón norte de la iglesia afectado por la reposición de los aleros.
Los operarios procedieron asimismo a desmontar la coronación del chapitel de la torre y a la reposición de los elementos conforme a su configuración y materiales originales. También se desmontó y repuso la cobertura de pizarra del chapitel, y se reparó su armadura de madera y el telar de sujeción interior, así como de la escalera interior y de la veleta del cimborrio.
El director general de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Prieto, recordó durante la visita que esta es la primera de las cuatro grandes actuaciones previstas en Segovia, junto a la restauración de la cubierta y la mejora de evacuación de aguas de la iglesia de San Esteban, la adecuación para las visitas del Palacio Enrique IV y su conexión con el Esteban Vicente, y la restauración de la cubierta de la iglesia de San Miguel.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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