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Complicado y peligroso ha sido esta mañana el cuarto de los encierros de Cuéllar, protagonizado por astados de la ganadería sevillana de Lora Sangrán, uno de los cuales creó escenas de riesgo y pánico en los corrales, al salir directamente desde el interior del corral ... hacia el lado izquierdo, donde se sitúan las ambulancias y vehículos médicos, pero también numerosas personas para disfrutar del espectáculo. El toro derrotó contra personas y vehículos, quedando encajado entre dos coches, embistiendo con fuerza, pero, afortunadamente sin tener que lamentar ningún herido, aunque sí algunos daños en los coches.
El astado creó varios momentos más de peligro, arremetiendo contra los caballistas que trataron de reconducir la manada, lo que fue imposible, por lo que finalmente se optó por anestesiarlo.
El resto de la manada realizó el trayecto por el pinar de forma compacta, parándose antes del cruce de la carretera algunos de los ejemplares, uniéndose el grupo antes del paso del túnel de la autovía, donde se realizó un largo descanso. Tras cruzar ese paso, los jinetes intentaron parar la manada, pero uno de los astados tomó la delantera, dirigiéndose hacia la zona del Embudo minutos antes de la hora prevista. Poco después le seguía el grueso de la manada, mientras que un último toro creó algunos momentos de riesgo en lo alto del Embudo.
En las calles el encierro fue peligroso, con los toros disgregados por el trayecto, derrotando en numerosas ocasiones contra las talanqueras. El último de los toros realizó el camino dando arreones, pero acusó el cansancio del trayecto y finalmente tuvo que ser sedado en la zona de la Avenida de los Toros.
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