El torero colombiano Juan de Castilla, fue el primero de los invitados de la trigésima edición de las jornadas de la peña taurina El Encierro, de Cuéllar, una iniciativa que vienen organizando teniendo como protagonista al toro de lidia, y que en esta ocasión también ... mostró su apoyo al Toro de Júbilo de Medinaceli, tras la suspensión del espectáculo este año por orden judicial.
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Antes del coloquio, desde la peña se proyectó un pequeño video en el que, además de algunas de las tardes más importantes del torero, también se podía ver su día a día, en el que destaca cómo se levanta de madrugada para ir a trabajar, pues no vive de la profesión de torero, sino que tiene otro trabajo que le permite poder dedicar las tardes a entrenar y disfrutar del toro.
Juan Pablo Correa Sánchez, ahora Juan de Castilla, eligió ese nombre como «un acto de rebeldía que tomé con conciencia y cabeza», cuando tenía años y vivía en el barrio de Castilla de Medellín, uno de los más conflictivos de la ciudad, tal y como el torero recordó, aunque apuntó que también es un lugar extraordinario, lleno de gente obrera, trabajadora y humilde.
Recordando sus inicios, apuntó que en Medellín «se juega al fútbol o a las pistolas», pero en su caso fue diferente. Cuando aprendió a utilizar el mando de la televisión, cambiaba los canales y cuando se encontraba con corridas de toros, se quedaba fijo, «hipnotizado», y los buscaba todo el año, aunque en Medellín las corridas únicamente se celebraban de enero a marzo. «Me llamaba la atención, veía movimiento y emoción», aseguró.
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La primera vez que vio un toro y un tentadero lo tuvo claro y fue en el momento en el que comenzó a decir en su familia que quería ser torero. Recordó cómo un familiar les ayudó y comenzó a acudir a la escuela taurina de Medellín. Tras debutar en su país sin picadores, surgieron dos posibilidades, México o España, y optó por nuestro país, de la mano de Fernando Arango y gracias a Fernando Botero, que le ayudó.
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Juan de Castilla recordó su paso por la Escuela de Espartinas o por el CITAR (Centro Internacional Taurino de Alto Rendimiento), realizando un recorrido por algunas de sus novilladas (14 en el año 2014) , o su paso por Madrid, tres veces como novillero y cuatro como matador. Señaló que a Las Ventas «voy muy ilusionado siempre, me siento lleno, vibrando. Para mí Madrid es siempre un punto y aparte en mi vida. Mi preparación y entrenamiento diario es pensando en Madrid», aseguró.
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