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Con humor, sonrisas (que buena falta hacen, y ya sin mascarillas en general), buen tiempo y ganas, tanto por parte de las compañías y artistas como del público, deseoso de pasar un buen rato por ejemplo con el viaje a través de las fabulosas aventuras ... del barón de Münchausen, de los hermanos Sabbatini, el espectáculo del circo de las pulgas, con su intrépido domador, las aventuras de Matito en una abarrotada la plaza San Martín, incluso media hora antes del comienzo de la función para ver a un personaje «que día a día dignifica su profesión, la de no hacer nada y reivindica la vida alegre y sencilla, con un 'cuerpecito' que es la alegría personificada», haciendo las delicias de los pequeños y también de los padres y familiares. Esta primera jornada de Titirimundi terminó con el estreno en Segovia (y en España) en el teatro Juan Bravo de 'Macbeth Muet' en lo que fue la inauguración de una nueva edición de Titirimundi.
Marie-Hélène Bélanger Dumas y Jon Lachlan Stewart forman 'La Fille du Laitier'. Llegan desde Quebec (Canadá) para ofrecer una «revisión visceral» de la tragedia. Ambos explicaron (en francés) los detalles de la obra y las razones de estar en Segovia y Titirimundi. «Un espectáculo muy coreográfico, con un sonido muy importante» y con dos actores en escena, pero con un montón de objetos que son los personajes de las historias de Shakespeare.
Ofrecen en su espectáculo una visión innovadora de una historia conocida. «Todos conocemos el texto, pero leyendo inmediatamente nos dimos cuenta de que surgen imágenes, y es lo que hemos sacado, todo lo que está detrás de la letra, que es más visceral, más teatro de tripas, digamos». Y lo transmiten de forma enérgica en el escenario con los objetos (papel, vasos de plástico, objetos de cocina reutilizables...), acercándose más «a nuestra realidad, a nuestro universo sensorial, y es más vivo, más de sentimientos, deseo, envidia y todo eso. Habla de la sed de poder que es lo que motiva a la mayoría de la gente, el ansia de poder» en un mundo desprovisto de moralidad en el que las vidas humanas son tan desechables como los vasos de espuma de poliestireno que utilizan.
Añadieron que el teatro de títeres en Quebec tiene mucha fuerza y que han podido salir por el mundo. Fue precisamente en el año 2019, en un festival celebrado en Charleville, donde conocieron a la directora de Titirimundi, Marian Palma. «No sabíamos nada de Titirimundi, en Segovia, antes de conocer a Marian». Tras la pandemia es la primera vez que pueden salir con su espectáculo por Europa y están «impresionados». De hecho, han realizado carteles en castellano que ayudan al espectador a seguir la obra, como en el cine mudo.
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