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Fernando Marín, gerente de 'Falele', una tienda de barrio en San José. Antonio de Torre

Las tiendas de barrio, otra vez con los clientes de siempre

Los clientes que ganaron durante los meses del confinamiento han vuelto a hacer la compra en las grandes superficies

Laura Lopez

Segovia

Domingo, 12 de septiembre 2021, 09:17

Durante los primeros meses tras la irrupción de la pandemia, los pequeños establecimientos de comercio local de Segovia hicieron frente a un aumento de clientes y volúmenes de compra por parte de sus vecinos, quienes, limitados por las restricciones de movilidad, acudían a estas pequeñas ... tiendas de proximidad para abastecerse de productos básicos. Un año y medio después, quedan muy pocos de aquellos nuevos clientes y la mayoría de compradores han vuelto a las grandes superficies.

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En estos grandes supermercados, el hábito de consumo ha cambiado con el paso de la pandemia, ya que ha aumentado el número de personas que hacen la compra por internet o que llena su cesta en el establecimiento y piden que se lo lleve a casa.

Mientras tanto, en el comercio local las cosas han vuelto a una situación similar a la anterior a la crisis sanitaria, sobre todo en cuento a número de clientes. Desde la tienda del barrio de San José Alimentación Marín, más conocida como 'Falele', su gerente, Fernando Marín, lo explica así. «Todavía se siguen haciendo pedidos, pero ha vuelto todo a la normalidad. Sigue habiendo pedidos, pero son los que hacíamos siempre. Todo ese excedente ya ha vuelto a su sitio».

Los clientes son «más o menos» los mismos que antes de la pandemia, ya que los nuevos compradores que llegaron con la crisis sanitaria –y sobre todo, con el confinamiento– han vuelto a las grandes superficies. Entre los clientes que sí siguen acudiendo a esta pequeña tienda para proveerse de alimentos, la gran mayoría han vuelto a hacerlo personalmente, y por ello los pedidos por teléfono no llegan ni al 10% del total. «A la gente le gusta venir aquí, ver los productos y comprar ellos», comenta el tendero, quien lleva más de cuarenta años al frente del negocio familiar, que antes era de sus padres.

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Preparación de un reparto a domicilio en un supermercado. Antonio de Torre

«Muchos probaron la compra por Internet y ahora lo siguen haciendo»

El grupo DIA tiene 24 tiendas en la provincia de Segovia, de las cuales nueve están en la capital. De todas ellas, doce disponen de servicio a domicilio, sobre todo las ubicadas en la ciudad. Además, siete tienen servicio de preparación de pedidos para el canal de venta 'online'. Con la irrupción de la pandemia, se realizaron acuerdos con diferencias proveedores de distribución de última milla con los que se incrementó el número de municipios a los que se podía llegar. Ocho tiendas actualmente cuentan con una alianza de reparto con estos proveedores.

Según ha informado la empresa, el confinamiento «disparó» la demanda del servicio de venta 'on line' como «la opción más segura para realizar la compra», una tendencia que ha continuado durante el proceso de la desescalada. Desde el inicio de la pandemia hasta el mes de junio, DIA entregó en España más de un millón de pedidos a domicilio, con picos que superaron los 20.000 pedidos diarios. Para hacer frente a esta demanda, la compañía reforzó la plantilla de comercio electrónico en más de 1.000 personas en todo el territorio nacional, sobre todo para las tareas de apoyo a equipos de preparados de pedidos y personal de reparto a domicilio.

Después de los peores meses de crisis sanitaria, la cadena de supermercados sí ha notado «una modificación de los hábitos de consumo, aunque con el desconfinamiento descendió el número de pedidos 'on line' y a domicilio, no se ha vuelto a las cifras anteriores a la pandemia, lo que constata que muchos de los clientes que probaron estos canales de compra siguen usándolos en la actualidad», concluyen fuentes de la cadena.

El responsable de este negocio cree con la pandemia sí ha ganado algún que otro cliente nuevo: «A lo mejor sí que ha habido un poco más de venta, seguramente porque ven el servicio y también les gusta el trato personal, aquí a cada persona la llamamos por su nombre, eso para mí es fundamental», señala.

Aunque al comienzo de la pandemia, este veterano tendero tenía miedo de un descenso en las ventas por la crisis económica que auguraba, hasta ahora no ha visto confirmado su presagio. «De momento no se ha percibido, veremos a partir de septiembre, pero la percepción es que la cosa va bien, como antes de la pandemia», valora Marín.

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Para emergencias

Al número 14 de la calle Obispo Quesada ha vuelto esta semana, después de sus vacaciones, Inmaculada Rubio, quien allí regenta la tienda de alimentación que lleva su nombre. Por la Tienda de Inma tampoco pasa ya tanta gente como en los primeros meses del confinamiento. «Hemos notado que la gente que nos pedía ha dejado de venir y se han vuelto a las grandes superficies… lo de que saldríamos mejor de esta y había que pensar en el pequeño comercio… eso es solo para las situaciones más 'así'. Yo creo que ha sido un poco egoísta, pero es lo que hay» es el balance que hace la responsable del negocio.

Inmaculada Rubio, de la Tienda de Inma. Antonio de Torre

«Yo estoy muy contenta porque me sigue comprando la gente de siempre, los del barrio. Los que estaban un poco más lejos, a distancias de kilómetros, mucha gente no ha vuelto a venir, ni a llamar ni a nada. Se les ha olvidado. Les sale mejor el Carrefour y ya está», lamenta Rubio, que añade que «ahora hacemos menos kilómetros porque hacemos más cercanía, vamos con el carro».

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Los pedidos que hacen sus clientes por teléfono o vía 'whatsapp', en el caso de los más jóvenes, no representa más del 30%, y los destinatarios suelen ser personas mayores o personas con dificultades de movilidad. Entre los que entregan en domicilios y los que acuden al local, Inmaculada Rubio estima unos niveles de ventas parecidos a los de antes de la pandemia. «Está claro que el comercio local está para emergencias, el resto ya lo hacen los peces grandes… Se acuerdan poco de nosotros», lamenta.

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