Vista aérea de una gran planta fotovoltaica en el alfoz de Segovia capital. Antonio Tanarro

El 60% del territorio segoviano queda excluido para instalar macroparques solares

Una cartografía permite conocer aquellas áreas provinciales donde no es posible instalar placas fotovoltaicas ni aerogeneradores

Domingo, 9 de marzo 2025, 23:29

Segovia se ha convertido en escenario de decenas de proyectos de energía renovable en los últimos años. Las solicitudes de nuevos parques eólicos y sobre ... todo fotovoltaicos han proliferado desde la puesta en marcha del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, cuya estrategia se basa en conseguir que alrededor del 81% de la electricidad producida en 2030 sea de origen verde. Esta situación ha obligado a establecer reglamentos adaptados en el territorio para minimizar el impacto ambiental, de ahí que la provincia contemple zonas de exclusión que abarcan entre un 55% y 60% de su superficie.

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La transición hacia un sistema energético renovable todavía se encuentra en desarrollo en Segovia. El punto más controvertido es la ubicación de las infraestructuras, ya que la instalación de placas solares o de grandes aerogeneradores «implican un importante uso de territorio» y conllevan afecciones «significativas» en el entorno, según explica el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. De ahí que haya sido necesario crear una herramienta para identificar aquellas áreas del territorio provincial que presentan mayores condicionantes para la implantación a estos proyectos.

El Ministerio asegura que las placas solares o los aerogeneradores pueden generar «impactos ambientales significativos» en el territorio

Las limitaciones en la extensión de estos elementos productores de energía se restringen al medio terrestre y están enfocadas a los macroparques, los cuales han sido criticados en repetidas ocasiones por asociaciones y grupos de acción local por su elevado impacto ambiental. Por otro lado, apenas hay limitaciones para las pequeñas instalaciones de autoconsumo en suelos urbanos, en tejados o en espacios dedicados a la innovación y desarrollo. En cualquiera de los casos es necesario iniciar un procedimiento de evaluación para comprobar que estas plantas no suponen mayores perjuicios para los municipios, fauna, flora y otros servicios públicos.

A día de hoy, Segovia cuenta con unas 350 plantas fotovoltaicas instaladas, según la última actualización realizada por la Junta de Castilla y León con datos de 2023. Su potencia asciende a más de 96.000 kilovatios, que es una energía suficiente para abastecer a más de 20.000 viviendas de una superficie de entre 90 y 100 metros cuadrados cada año, siempre que se den las condiciones oportunas, tanto en lo referente al correcto funcionamiento como al buen clima.

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A la cola

La provincia se encuentra a la cola regional en producción de energía fotovoltaica, pues tan solo supera en número de parques solares a Soria. Todo ello cuando una de las instalaciones segovianas se sitúa dentro del 'top 10' de plantas con mayor potencia en Castilla y León. Se trata de la central de Perogordo, que entró en funcionamiento a finales de 2019, ocupa cerca de 200 hectáreas y cuenta con una potencia de 45.000 kilovatios, que es casi la mitad de energía total con origen en Segovia. A esta se suman los parques fotovoltaicos de Villacastín, Bernardos, Carbonero el Mayor, Valverde del Majano, Lastras del Pozo (de reciente inauguración) o Gomezserracín, que justo cumple un año.

Si la comparativa se realiza con la potencia instalada, la provincia escala varias posiciones, pero la producción es tres veces más baja que territorios como Salamanca o Zamora. Esto podría cambiar en un futuro próximo, ya que son numerosas las empresas que han pedido licencia para el despliegue de estos sistemas productores de energía renovable. Una de ellas es la multinacional Apple, que ha elegido los términos de Valverde del Majano, Abades y Martín Miguel para construir su primer parque solar en el país.

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Todos los nuevos proyectos deben someterse a unas especificaciones previas, ya que aproximadamente el 60% de la superficie del territorio segoviano se constituye como zona de exclusión para la instalación de plantas fotovoltaicas. Esto significa que en una extensión que supera los 4.200 kilómetros cuadrados no es posible edificar macroparques solares. Entre las áreas que presentan mayores restricciones se encuentran las sierras de Guadarrama y Ayllón, así como gran parte de la comarca de Tierra de Pinares, las proximidades de Montejo de la Vega de la Serrezuela o Villacastín y el centro de la meseta provincial, desde Aguilafuente y Lastras de Cuéllar hasta llegar a Fuenterrebollo.

La Junta ha diseñado una cartografía orientativa de los terrenos sobre los que no serían autorizables en ningún caso las iniciativas para la construcción de este tipo de sistemas de energía verde. Es una herramienta que pretende servir de «aproximación metodológica orientativa» para conocer y prever desde las fases más tempranas los condicionantes ambientales que están asociados a las ubicaciones de estos proyectos. No obstante, el Ministerio hace hincapié en que este tipo de mapas están sujetos a mejoras, ajustes y continuas actualizaciones.

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Indicadores

Para la definición de estos espacios de exclusión se han tenido en cuenta algunos criterios. El gobierno regional considera fundamental el establecimiento de zonas de protección, como es la Red de Áreas Naturales Protegidas (con excepción de montes catalogados de utilidad pública que sustenten aprovechamientos agrícolas), que incluyen tanto el Parque Nacional de Guadarrama como los parques naturales de las Hoces del río Duratón y río Riaza.

El mismo mapa llama la atención sobre algunos puntos en los que, por sus condiciones medioambientales, se pueden encontrar especies protegidas con plan de conservación o recuperación, como son el águila imperial, lobo o cigüeña negra. Se descarta así la implantación de macroparques solares en Campo Azálvaro (El Espinar), las riberas del río Duero y sus afluentes, además de las lagunas de Cantalejo.

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Las prohibiciones también alcanzan los montes arbolados o las áreas de regadío, donde sobresale la comarca de El Carracillo. En el caso de los bienes de interés cultural, los núcleos urbanos y las edificaciones que presten servicios públicos (educativos, sanitarios o sociosanitarios), los marcoparques fotovoltaicos deben guardar un distancia mínima de 500 metros.

El porcentaje que comprende la superficie de exclusión en Segovia se rebaja ligeramente si se trata de un proyecto de energía eólica. Los altos aerogeneradores tienen cabida en más lugares que las propias placas solares, según la normativa publicada por la Administración regional. A diferencia de los sistemas fotovoltaicos, el aprovechamiento de la energía obtenida a partir del viento debe ubicarse más lejos aún -500 metros añadidos- de los núcleos urbanos y escuelas, ambulatorios, hospitales y residencias. Pero no tiene limitaciones en los montes arbolados, por lo que la superficie disponible se incrementa en unos 400 kilómetros cuadrados. El escenario en el que no es posible autorizar proyectos de este tipo se rebaja al 55% de la superficie provincial.

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Aun así, tanto las plantas de producción de energía solar como eólica deben tener en cuenta otros puntos del mapa que, pese a no existir criterios que determinen la prohibición de su instalación, son de máxima sensibilidad ambiental al coexistir ciertas circunstancias. El catálogo de indicadores es amplio, pues abarca las zonas inundables, vías pecuarias, humedales de interés, lugares de interés geológico, puntos de protección de la avifauna frente a las colisiones y electrocuciones o espacios donde la visibilidad se vea especialmente afectada. En ellos «no sería recomendable implantar este tipo de proyectos a priori», define el Ministerio en un índice elaborado para tal fin.

Algunos de los parámetros que analiza la Junta son la sensibilidad a las instalaciones de radiofrecuencia por existir una servidumbre de navegación aérea, lo que sucede en las proximidades de Santo Tomé del Puerto o Cerezo de Arriba más cercanas a la sierra; la cercanía a los yacimientos arqueológicos, que se reparten por toda Segovia; y a la flora, que queda delimitada en tres puntos de Fuentidueña, Arahuetes o Cerezo de Arriba. También remarca la importancia de proteger las aves planeadoras y esteparias que se extienden por gran parte de la provincia.

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