«Hay que tenerlo muy claro; la idea de abandonar nunca se va de tu cabeza»

La joven segoviana, residente en Garcillán, debutó en el ámbito profesional como monitora de equitación en el centro Centro Hípico El Paseo, ubicado en Ortigosa del Monte. Pronto le llegó la oportunidad de dirigir parte de la escuela y, aunque esta no es una senda habitual entre los jóvenes, no se lo pensó dos veces. «Das un paso muy grande, hace pocos años no me preocupaba de las cosas y ahora veo que tengo que pagar Hacienda: me tuve que meter caña», bromea.

El primer año fue complejo. «Me costó un poco porque empecé a llevarlo todo yo, hay muchos trámites que hacer, muchas facturas que afrontar... Mi formación no tiene nada ver con esto y al principio estaba muy perdida, por lo que tuve que pedir ayuda», declara. Tanto a su gestora como a su familia. «Me han apoyado con todo, con la manutención, los gastos del coche... Sin ellos no hubiera podido seguir». Tuvo la suerte también de contar con unas instalaciones, animales y materiales incluso antes de embarcarse en esta aventura. «Si no, hubiera sido imposible abarcarlo todo económicamente y mentalmente», confiesa.

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No tardó en sacar adelante su negocio y marca bajo el nombre de Horses Del Val. «Todo ha sido muy difícil, para nada un camino de rosas», relata. «No he tenido sueldo ni sustento para mí durante muchos meses, todo se lo comía la hípica», afirma la joven. Los esfuerzos en esos primeros momentos se centraban en «sobrevivir», aunque ahora «al fin ya gano algo, me he podido poner una pequeña nómina». Hay que hacer frente a la cuota -que a veces superaba los ingresos-, tasas, impuestos y gastos sobrevenidos. Cada vez tiene más confianza en sí misma, pero «la idea de abandonar nunca se va de tu cabeza».

Es necesario tener una hoja de ruta clara, y lo mismo sucede con las aspiraciones y sueños. «Aquí no nos lo ponen fácil ni a los trabajadores autónomos ni a los jóvenes», considera la segoviana. Ese es el mismo argumento que emplea para justificar que, entre los miembros de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE), no haya conocido por el momento a nadie de su edad. «Hay muy pocos socios menores de 25 años», apostilla.

Tiene muy presente que el futuro puede ser incierto. «Cuando crees que vas bien llegan las vacas flacas y hay que pagar un montón de cosas... Al final lo tienes que tener muy decidido y pensar que en esta vida todo tiene solución», defiende. Su truco es el esfuerzo y la resiliencia. «En este negocio no fracasas, simplemente aceptas que tienes que cambiar algo», concluye.