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Después de suspender la pasada temporada el examen de la Primera División Nacional de Baloncesto Femenino, el Cochinillo Segoviano ha finalizado con una excelente nota la prueba de este campaña. Tras encadenar un total de 28 derrotas y ninguna victoria en el curso 2022-2023, el joven club se puso a trabajar en verano para desarrollar una estructura deportiva que pudiera llegar al aprobado en el presente ejercicio. Al hacer el balance final, los responsables del conjunto consideran que el equipo ha superado con creces las expectativas y se ha consolidado como club en la categoría. En la pregunta sobre la nota que debería recibir la plantilla después de haber terminado la temporada, Mauro Martín, gerente del equipo, afirma que «mi nota es la misma que han defendido la plantilla, un ocho».
Los resultados obtenidos durante el primer tramo de la liga auguraban una calificación sobresaliente de las segovianas, pero en la fase de ascenso el conjunto se vino abajo y no supo competir como lo había hecho antes. «A pesar del buen año que han realizado las chicas, es positivo que las propias jugadoras sean autoexigentes y vean que se podía haberlo hecho mejor en la segunda fase», sostiene el gerente del club.
En este caso, el cuerpo técnico y las jugadoras han llevado a cabo un aprendizaje de la competición. Esto ha permitido al equipo ser un rival más duro que la pasada campaña. «Nos hemos dado cuenta de que la exigencia de esta categoría se desarrolla en los entrenamientos», describe Mauro, que considera una parte fundamental para luego rendir en la competición y seguir evolucionando. Una de las incorporaciones que hacen diferente el último curso con respecto al anterior es la pretemporada y su importancia en la preparación de la liga. «La concentración que se llevó a cabo antes de empezar el campeonato generó en la plantilla una unión de equipo, que después se trasladó a la pista de baloncesto en las primeras jornadas».
Otra de las novedades que ha establecido el buen momento de forma que vivió el equipo durante la primera fase de la temporada han sido los fichajes. La llegada de jugadoras con más experiencia a la plantilla ha permitido al resto ganar en juego y en físico. «Este año tenemos jugadoras que venían de ser referenciales en una primera nacional», destaca Mauro en referencia a las deportistas procedentes del baloncesto madrileño. Al comienzo de la temporada se obtuvieron los primeros resultados positivos en la categoría, fueron marcadores muy ajustados, pero aquellas victorias ayudaron a la plantilla a creer en el proyecto y a seguir compitiendo. «Esos resultados nos desarrollaron una mentalidad ganadora que es lo que nos ha permitido competir en nuestro mejor momento en mitad de temporada», resalta el responsable del club.
Junto a los cambios deportivos y físicos de la plantilla, el Cochinillo Segoviano ha trabajado durante todo el año para avanzar como entidad deportiva y competir tanto dentro como fuera de las canchas. «Todas estas cosas que parece que no se ven tanto, sí que son muy importantes para poder haber mejorado de un año para otro», detalla el gerente que ha formado parte de la junta directiva junto con la dedicación de María Martín. Dentro del trabajo como institución, el buen momento del equipo ha ayudado a la atracción de nuevas entidades y empresas segovianas para el sustento económico de la plantilla en la cuarta categoría del baloncesto español. «Empresas con las que colaboramos nos están acercando a otras marcas», describe Mauro sobre el patrocinio del club. «Cada vez más son conscientes de que el equipo se está dando a conocer y es una buen promotor de sus negocios», expone.
Después de la grave situación del año pasado cuando el equipo perdió todos los partidos de la temporada, el futuro era incierto. «Se pensaba que un equipo nuevo que no había conseguido ninguna victoria lo normal es que desapareciera», asegura. Pese a ello, la entidad se supo reponer del golpe. «El club ha subido escalones importantes para estar entre los equipos que la temporada que viene pueden estar en la parte alta de la clasificación», apostilla el técnico.
La idea de la junta directiva es hacer un equipo competitivo con la intención de replicar los mismos planes de este año. «Necesitamos ver qué plantilla podemos confeccionar y cuando tengamos el equipo formado se definirán las metas a las que se pueden llegar», sostiene Mauro sobre la próxima campaña.
El proyecto debe ser visto como una obra de futuro a largo plazo. Entre sus planes, la junta directiva plantea que el Cochinillo Segoviano se convirtiera en una de las referencias del baloncesto femenino de la ciudad.
En su segundo año como jugadora del Cochinillo Segoviano, Sofía Busnadiego analiza la clave de la temporada en la forma de enfocar el campeonato. «El cambio en la plantilla y en la dinámica de entrenamientos ha permitido ser más competitivas y jugar de otra manera», asegura. Con la experiencia de ya haber jugado contra muchos de los equipos de la temporada y partiendo de una base muy reforzada, la ala-pívot afirma que han tenido «la suerte de haber creado un grupo humano increíble en el vestuario y fuera de él».
Además de haber llegado a la fase de ascenso y consolidarse como uno de los seis mejores equipos de la clasificación, el objetivo principal de Sofía era disfrutar de este deporte. «Ha sido muy enriquecedor haber compartido cancha con este grupo», detalla la jugadora segoviana.
El trabajo de una temporada ha dado sus frutos en la clasificación del equipo a la fase de ascenso para un conjunto de deportistas que viven el baloncesto como «un estilo de vida» y que han crecido de la mano de este joven club.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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