La temperatura sube en el puerto de Navacerrada una décima al año

La conclusión más llamativa del último estudio, que engloba un periodo de setenta años (de 1951 a 2020) es que la tendencia de las temperaturas confirma su línea ascendente. «Podemos afirmar que en estos setenta años la temperatura media anual ha subido 2,3 grados centígrados en el puerto de Navacerrada. La propia recta de tendencia nos dice que la temperatura anual se ha incrementado, por término medio, 0,34 décimas de grado cada año, pasando de los 5,4º de 1951 a los 7,7º de 2020», subraya Calderón, exprofesor de Física y Química del Giner de los Ríos. El ritmo de crecimiento de la temperatura no ha sido uniforme. En realidad, se ha ido afianzando desde finales de la década de 1970, en que las temperaturas parecen crecer a un ritmo mayor, como se observa en la primera gráfica. «Aunque no se pueden sacar conclusiones con periodos tan cortos como una década, la línea de tendencia de los últimos diez años nos dice que el ritmo de incremento de la temperatura ha sido ligeramente superior a una décima de grado por año. De seguir la tendencia de la última década, cada diez años la temperatura media anual subirá más de un grado. Todos los estudios globales que se están haciendo apuntan a un crecimiento exponencial de las temperaturas», señala.

La subida de las temperaturas medias anuales durante el periodo analizado han determinado la evolución en otros parámetros. Superar en Navacerrada los 25º equivale a rebasar los 30º en Segovia capital. En este sentido, el estudio arroja un incremento del 750%, pues se ha pasado de los cuatro días de 1951 en que se superaron los 25º en Navacerrada a los treinta días del año pasado. Además, durante los últimos seis años, esto ha ocurrido en Navacerrada más de veinte días, lo cual significa que en los últimos seis veranos la capital segoviana ha alcanzado los 30º más de veinte días. Por otro lado, han disminuido los días de helada (menos de 0º) en el puerto, de los 160 días de 1951 a los 120 de 2020 (–25%), así como las jornadas con temperaturas por debajo de los 5 grados bajo cero (de 52 a 32, con una disminución del 40%). «Este planeta tiene un sistema termodinámico muy complejo, pero los datos nos dicen que vamos hacia veranos tórridos y la desaparición de los glaciares y de las propias playas», observa el experto.

El estudio compara, asimismo, las temperaturas medias registradas en el puerto de Navacerrada y en Segovia ciudad. Del análisis matemático de esa comparación se deduce que, por término medio, la temperatura de Segovia es 5,5º superior a la del puerto. «Como la altitud en Segovia es de 1.010 metros sobre el nivel del mar y la del puerto es de 1.880 metros, hay una diferencia de altitud de 870 metros, a la que a su vez le corresponde una diferencia de 5,5º (cada 160 metros que subamos hacia Navacerrada, la temperatura desciende 1º). Esto nos lleva a una interesante conclusión: como la temperatura media desde 1951 ha subido 2,3 grados, quienes vivimos en Segovia capital tendríamos que elevarnos hasta el punto en que el termómetro marcara 2,3º menos para experimentar la misma sensación térmica que había en la ciudad en los años cincuenta. El cálculo arroja 370 metros. Quiero decir que Segovia tendría que estar hoy a 1.380 metros de altitud (370 más de lo que está) para experimentar en ella la misma sensación térmica de la década de 1950. Si la temperatura sigue subiendo así es muy probable que haya tres grados más en 2050, con lo que tendríamos que trasladar la ciudad a Navacerrada para comprobar el frío que hacía en ella un siglo antes. Es muy fuerte», concluye Calderón.

En cuanto a las precipitaciones medias registradas al cabo del año en el puerto de Navacerrada, el estudio del profesor Calderón tampoco dejar lugar a la duda. La tendencia oscila entre los 1.518 litros por metro cuadrado recogidos en el año 1951 y los 1.224 litros por metro cuadrado de 2020: una disminución del 19%. No obstante, durante la última década, la caída de las precipitaciones se ha amortiguado significativamente. «Este 'sostenimiento' de las lluvias no deja de suponer un cierto alivio. Aunque no se puede prescindir de ningún valor en el estudio, si nos permitiéramos esta licencia y transformáramos el año 1961, en que llovió muchísimo, en un año de pluviosidad normal, la línea de tendencia de todo el periodo sería prácticamente horizontal», dice Rafael Calderón. Los datos recogidos demuestran que, hasta 1980, solo en dos ocasiones (1956 y 1957), las precipitaciones en el puerto de Navacerrada apenas alcanzaron los 1.000 litros por metro cuadrado.

Acaba de empezar la primavera y hay nieve en la sierra, pero mucho menos de la que había hace sesenta o setenta años por estas mismas fechas. También ahora hay menos días de nieve en un año. La tendencia ha ido a la baja, con una disminución del 26%, pues se ha pasado de tener nieve en el suelo de Navacerrada 149 días del año a 111 días: «El agua que cae del cielo cada vez lo hace más en forma líquida. O la nieve que cae no permanece mucho tiempo sin fundirse».