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Greta Thundberg, la adolescente sueca nominada al Nobel de la Paz, ya se ha convertido en un icono contra el cambio climático. «Ustedes dicen que aman a sus hijos por encima de todo, pero les están robando el futuro ante sus ojos», ha dicho, y ... los jóvenes protagonizaron el pasado viernes nutridas protestas en todas las ciudades del mundo. El cambio climático es una realidad, y está ahí, a la vuelta de la esquina. Los datos lo corroboran; también en Segovia, donde la temperatura media anual ha subido en Navacerrada dos grados desde 1951 y las precipitaciones y los días de nieve en la sierra han descendido el 23%, según el estudio que ha elaborado Rafael Calderón, profesor jubilado del IES Giner de los Ríos, a partir de los datos que el Instituto Nacional de Meteorología ha recogido en el puerto de Navacerrada entre los años 1951 y 2017. «La primera vez que hicimos este trabajo fue en diciembre de 2007, en grupo, mis alumnos y yo; lo repetimos cinco años después, y la tendencia se confirmaba; y en 2017 lo hice yo solo, al estar ya jubilado. Tenemos, pues, estudios que poder comparar, y así se lo iré exponiendo estos días a los alumnos de varios institutos, muy sensibilizados con el cambio climático, como bien pudo comprobarse el pasado 15 de marzo», señala Calderón.
La conclusión más notable del último estudio –que engloba ya un periodo de 66 años, es decir, de 1951 a 2017– no es que las temperaturas medias anuales hayan subido, sino que la tendencia a subir ha confirmado su línea ascendente. «En 2007, comprobamos que la temperatura había subido 1,6 grados desde 1951, y, en 2017, 0,4 grados más. Esto no quiere decir que en los próximos diez años vaya a subir otros 0,4 grados: lo más probable es que suba más. ¿Causas? Hay tres factores que están influyendo: el efecto invernadero, ocasionado por la concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera; la liberación del metano oculto bajo los hielos árticos, que causa un efecto invernadero mayor que el dióxido de carbono; y el calentamiento global: cuanto más hielo se funde, más radiación solar absorbe la Tierra. Todo ello dibuja un panorama muy preocupante», advierte el profesor.
Del estudio 'Una mirada al clima desde el puerto de Navacerrada' llama la atención la tendencia ascendente que la temperatura ha experimentado a lo largo del periodo analizado, pero sobre todo la aceleración registrada durante los últimos diez años. Si en 1951 la temperatura media anual en la sierra de Guadarrama era de 5,5 grados, la registrada en el año 2017 marca 7,5 grados, es decir, 2 grados más. El ascenso del mercurio ha sido especialmente pronunciado desde 1980. Según Calderón, si se tiene en cuenta que, durante los últimos cuarenta años, el desarrollo mundial, incluido el español, ha disparado los niveles de concentración de CO2 en la atmósfera, la línea ascendente que traza el trabajo no va desencaminada. Durante el año 1951 solo hubo 4 días en que el termómetro rebasó los 25 grados centígrados en Navacerrada, mientras que en 2017 se contabilizaron 29 jornadas con temperaturas superiores a esos 25 grados, un 700% más. En cuanto a las mínimas, en 1951 se contabilizaron 52 días con temperaturas inferiores a los 5 grados bajo cero, y en 2017, 34 jornadas, un 35% menos. «Que la temperatura media haya subido 2 grados en 66 años es brutal. Si la temperatura media de la atmósfera terrestre subiera 2 grados, la Tierra acumularía en la atmósfera una energía capaz de fundir todo el hielo del hemisferio norte», observa Rafael Calderón.
El estudio compara asimismo las temperaturas medias registradas en el puerto de Navacerrada y en Segovia capital. «De media, el mercurio desciende un grado por cada 170 metros de altitud. Por lo tanto, si la temperatura ha subido 2 grados, tendríamos que ascender 340 metros para experimentar la misma sensación térmica que lo segovianos tenían en la ciudad en los años cincuenta. Es decir, en 1951 hacía en Segovia capital como ahora hace, por ejemplo, en el puente de los Mosquitos, que está a a 1.400 metros de altitud, aproximadamente», explica el experto. Por otra parte, que en el puerto de Navacerrada hace ahora menos frío que hace 66 años es algo evidente. Si a lo largo de 1951 heló en 160 días, en 2017 lo hizo en 123, lo que supone una disminución del 24%. La tendencia a la baja se dispara desde el año 1980.
En cuanto a las precipitaciones medias anuales, el estudio del profesor Calderón tampoco deja lugar a la duda. La tendencia oscila entre los 1.541 litros por metro cuadrado recogidos en 1951 y los 1.190 litros por metro cuadrado de 2017. Una disminución del 23% nada más y nada menos. Curiosamente, durante el último quinquenio, la tendencia de las precipitaciones ha experimentado un ligero repunte, pues en 2012, último año analizado en el segundo estudio, se recogieron unas precipitaciones de 1.150 litros por metro cuadrado (1.190 en 2017). No obstante, las previsiones apuntan a que las precipitaciones medias en el año 2050 serán de 1.016 litros, con un descenso del 34% respecto a 1951, si sigue la tendencia general descendente.
Los datos recogidos demuestran que, hasta 1980, solo en dos ocasiones (1956 y 1957), las precipitaciones en el puerto de Navacerrada apenas alcanzaron los 1.000 litros por metro cuadrado. Desde entonces, hasta once años han registrado lluvias tan escasas. De todo el periodo analizado, el año más húmedo fue 1961: cayeron casi 3.000 litros por metro cuadrado; y el más seco, 1990, en que solo se recogieron 806 litros por metro cuadrado a lo largo de los doce meses. El 2007 fue también un año muy seco, con 976 litros.
Los segovianos pueden hacerse a la idea con solo mirar a la sierra. La primavera acaba de empezar y apenas queda nieve en las cumbres del Guadarrama. La hay, pero mucho menos que en el pasado por estas mismas fechas. Esta situación era impensable hace sesenta o setenta años. Entonces podían verse neveros hasta en pleno mes de agosto.
También ahora hay menos días de nieve que hace seis decenios. El estudio del profesor Calderón ahonda en el periodo 1960-2017, y las conclusiones no pueden ser más relevantes. Si en 1965 hubo nieve en el puerto durante 148 días, en 2017 se registraron 113 jornadas. La disminución es del 23%. El primer año de la serie en que hubo menos de 100 días de nieve en el suelo del puerto fue 1981. Esta situación se ha repetido en once ocasiones desde entonces, la última en el mismo 2017. Curiosamente, en 2018 nevó mucho, pero el estudio del último quinquenio estaba cerrado. «Puede considerarse una anomalía. Probablemente no vuelva a nevar en Segovia en un decenio. No es aventurado decirlo», subraya el autor del estudio.
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