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Las noticias extienden el pesimismo y la preocupación cunde en el sector hostelero segoviano. Los empresarios no acaban de fiarse de las intenciones de las autoridades sanitarias. Es más, creen que se están deslizando noticias negativas para que el miedo haga el resto y ... no tener que adoptar impopulares medidas restrictivas. Si hace apenas dos semanas las perspectivas de una Navidad plenamente normal eran excelentes, la situación ha dado un giro radical durante los últimos días, a raíz de la situación crítica que viven otros países del contexto europeo, donde ya se han adoptado severas restricciones, y de la aparición de una nueva e inquietante variante que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha llamado ónicrom.
«Percibimos que hay un parón en las reservas de cotillones y pernoctaciones para Navidad. Hay hoteles que esperaban un lleno absoluto para esos días festivos y han notado cómo las reservas se han frenado. En cuanto a las cenas de empresa y familiares reservadas, se siguen manteniendo, en líneas generales. Esperemos que el miedo no cunda y la gente no se eche atrás», afirma el presidente de Hotuse, Jesús Castellanos, que toca madera y confía en que no comiencen las cancelaciones. No son pocos los restaurantes que tienen completas las reservas para las jornadas más señaladas de las fiestas de Navidad, e incluso para los días inmediatamente anteriores.
«No hay peor cosa que el miedo, para todo: para nuestros negocios, para la economía, para la bolsa, para la vida en general. Y es lo que están buscando: generar miedo y que te quedes en casa por tu propia voluntad, sin que te obliguen una restricciones. La situación en Castilla y León no es mala. Las hospitalizaciones están controladas y los contagios no se están disparando. Pero, claro, inconscientemente, ante determinadas noticias, la gente se retrae», se queja el presidente de la patronal segoviana de hostelería y turismo.
El sector ha sufrido mucho y no quiere ni pensar en que haya otro periodo de restricciones como el que vivieron especialmente durante la primera y la tercera ola. Volver a la casilla de salida y a la limitación de aforos y horarios puede ser dramático. «La situación de la covid vuelve a ser un tema de conversación recurrente. Y nos preocupa mucho. Lo único que pedimos es que nos dejen trabajar», añade Castellanos.
Antes de la pandemia de covid-19, los hosteleros segovianos detectaron casos puntuales de grupos que reservaban mesa y después no acudían. Todo ello sin previo aviso. «Se trató de controlar de alguna manera, con una aplicación móvil, pero no cuajó. Es más, tenemos dudas de que cobrar por anticipado o pedir una señal se pueda hacer desde un punto de vista legal. Ahora mismo, ningún restaurante de Segovia lo está controlando», asegura el presidente de la patronal de hostelería, Jesús Castellanos. Los hosteleros confían en la buena fe de las personas, aunque no ocultan que hay temor, sobre todo en fechas tan señaladas. «Son muchas mesas y con muchos comensales. El riesgo de pérdida es evidente y el temor existe, porque estamos hablando de precios muy elevados, pero no podemos hacer más, solo confiar en que no ocurra nada extraño», afirma el representante del sector.
Otra de las 'amenazas' para el sector es el pasaporte covid, aunque hay hosteleros que no lo verían con malos ojos para garantizar que sus establecimientos están limpios de focos de infección. El sector lo rechaza, pero lo acatará si la Junta de Castilla y León decide seguir el ejemplo de otras comunidades autónomas y acaba implantándolo. A día de hoy, no hay nada descartado. «Nuestra postura colectiva está muy clara: no queremos que haya pasaporte porque creemos que es una medida ineficaz que obligará a los hosteleros a hacer de policías, cuando esa no es su función. No obstante, si nos dan a elegir entre el pasaporte y el cierre u otro tipo de restricciones más severas, acateremos el pasaporte, eso está claro», afirma el empresario.
Antes de la Navidad, está el puente de la Constitución, que empieza el sábado y se extenderá hasta el próximo miércoles. Es, pues, un puente amplio que repartirá la ocupación. No hay restricciones motivadas por la crisis sanitaria, y los hosteleros esperan superar con creces una ocupación del 80% durante los días centrales, aunque ya se nota desde el viernes. «Estará muy repartido porque son muchos días, pero tenemos buenas sensaciones después de dos semanas muy flojas, marcadas por el mal tiempo», apunta Castellanos. Junto con Semana Santa y el puente del Pilar, el de la Constitución suele ser uno de los periodos fuertes para la actividad turística en la capital y en la provincia. Las casas y alojamientos de turismo rural también tienen un elevado número de reservas y esperan una ocupación próxima al lleno.
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