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Una mujer mira nórdicos y edredones en una tienda de Segovia. Antonio Tanarro
Segovia

El temor a un invierno más caro hace crecer las ventas de nórdicos, batas y mantas

Para evitar poner la calefacción, los consumidores buscan este tipo de productos en los comercios segovianos

Berta Jiménez

Segovia

Domingo, 27 de noviembre 2022, 13:36

La crisis energética está empezando a hacer estragos en los hogares segovianos. El encarecimiento de los combustibles como el gas o el petróleo preocupa a los consumidores, que prevén notables subidas en las facturas de los próximos meses. Ante el temor a un invierno más ... caro de lo habitual, las familias se preparan para el frío buscando métodos más tradicionales que les permitan reducir el consumo de calefacción.

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Una de las soluciones a la que están recurriendo los ciudadanos es la compra de edredones nórdicos, mantas de tejidos más gruesos y batas, algo que ya se está notando en los comercios de la capital. Algunos establecimientos de productos textiles para el hogar han visto cómo las ventas de este tipo de productos han aumentado respecto a otros años.

Así lo explica Jesús Costa, de Tapicerías El Hogar, quien calcula que el incremento de las ventas en su tienda ha sido de un 10% aproximadamente. Lo más vendido en este establecimiento son las mantas para sofás, los nórdicos y las sábanas de coralina, un tipo de tejido aterciopelado de poliéster similar al tejido polar.

Costa apunta que este año la gente ha empezado a comprar ropa de hogar de invierno mucho antes movidos por el miedo a la inflación. «Otras veces se empieza por estas fechas, pero este año nosotros hemos empezado a vender en septiembre. Se ha adelantado la compra», .

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Gema Acebes, dependienta de Reditex, también ha percibido un mayor interés por los productos de invierno para el hogar aunque matiza, no obstante, que «no ha sido un aumento exagerado». «La gente viene diciendo que quiere mantas para evitar poner la calefacción, nos lo explican todo», comenta. Además de las socorridas mantas y las clásicas sábanas de franela y coralina, los pijamas gordos son los artículos que suscitan más interés en este comercio. «Es lo que más vendemos ahora mismo», cuenta Acebes.

El aumento en las ventas de edredones se ha notado de la misma manera en la tienda Bed's Segovia. Pilar Lázaro coincide con sus compañeros en que la gente está comprando «bastante más» que otros años, especialmente durante este mes de octubre. En su caso, calcula que el crecimiento ha sido de un 20%.

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Los comercios han incrementado las ventas de este tipo de artículos entre un 10 y un 20% aproximadamente

«La gente está asustada con que va a hacer frío pero no quiere poner calefacción. A veces incluso piensan en poner dos edredones. Hay mucha psicosis», declara, añadiendo que las prendas que más abrigan, como los edredones de plumón, están entre los más demandados para este invierno.

Subida de precios

Más allá del sector energético, la subida de precios ha afectado igualmente a la industria textil, como explican algunos de los encargados de las tiendas segovianas. Gema Acebes señala que en Reditex las mantas y los pijamas han subido entre 2 y 4 euros, y un nórdico que el año pasado rondaba los 50 euros ahora cuesta cerca de 60 (un 20% más) en esta misma tienda, por poner algunos ejemplos. En el caso de Tapicerías El Hogar, los precios han aumentado en los productos fabricados con algodón principalmente y lo han hecho entre un 15% y un 25%.

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«Hay muchas cosas que han subido. Siempre hemos intentado tener márgenes pequeños, pero hemos tenido que subir cosas porque es inevitable», dice Encarni Blanco, de Factory Romero, otro de los comercios que ofrece ropa de hogar, que señala una de las razones por las que los productos de su establecimiento han incrementado su precio: «Al importarlos, sale mucho más caro que antes».

Las prendas que más abrigan, como los edredones de plumón, están entre los más demandados este invierno

Por otro lado, Encarni Blanco explica que, como aún no ha llegado el frío intenso con el mercurio por debajo de los cero grados, el crecimiento de las ventas no se ha reflejado en su tienda. Sin embargo, apunta: «Yo creo que sí se va a notar en los próximos meses, pero no tanto como si hubiéramos tenido las temperaturas de otros años a estas alturas».

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Aislamiento de hogares

Pero para combatir las bajas temperaturas de este invierno, las familias no solo optan por abrigarse más dentro de casa sino que también están buscando la forma de aislar sus hogares del frío. Muchas viviendas, especialmente las antiguas, pierden calor a través de las ventanas, puertas, tejados e incluso paredes.

La solución es instalar aislantes térmicos, que pueden ser orgánicos e inorgánicos. Los primeros normalmente tienen un componente plástico importante. Los inorgánicos están hechos de lana mineral o lana de vidrio (derivados).

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En Ecoaislamientos Herranz, una empresa de El Espinar especializada en aislamientos térmicos y acústicos, han notado de manera significativa un aumento del interés en este tipo de servicios por parte de los ciudadanos. Alfonso Herranz, dueño de la compañía, explica que el trabajo en estos últimos meses ha crecido entre un 40% y un 50%. Ya este verano se observó una mayor demanda pero fue tras salir del confinamiento, allá por el otoño de 2020, cuando la gente prestó más atención al aislamiento térmico de las casas, haciendo que las ventas subieran entonces un 20% en comparación con años anteriores, según cuenta.

En el caso de esta empresa, lo que hace es «insuflar» la pared, o sea, «rellenarla» con materiales como celulosa, lona de roca o corcho proyectado «para que no tenga corrientes de aire» y así se conserve mejor el calor en el interior de la vivienda. «Claro que compensa, es un gran ahorro energético», sentencia Herranz.

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A pesar de que es una solución más cara que comprar ropa de abrigo, a largo plazo se amortiza. Por poner un ejemplo, aislar un piso de entre 80 y 120 metros cuadrados cuesta unos 1.500 euros, un coste que se amortiza de 3 a 5 años.

Además, el aislamiento térmico es de vital importancia para la sostenibilidad del planeta pues más del 40% de las emisiones de CO2 se deben a la calefacción y refrigeración de los edificios, que deben estar bien acondicionados para no dejar escapar la temperatura del interior, como apuntan desde Idaterm.

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Rebeca Rodríguez, técnico de la empresa, coincide en este aumento generalizado del interés en el aislamiento térmico de las viviendas que, en su caso, se traduce en mayores ventas de materiales, como lana de roca, para aislar las fachadas (no el interior) y «así no quitar espacio» de la vivienda.

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